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5 de marzo de 2016

Sábado 5 de Marzo de 2.016

Evangelio:

San Lucas 18, 9-14

El fariseo y el publicano

Luk 18:9 Jesús dijo esta parábola a algunos que confiaban mucho en sí mismos, teniéndose por justos, y despreciaban a los demás:
Luk 18:10 «Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo, el otro publicano.
Luk 18:11 El fariseo, en pie, oraba para sí de esta manera: «¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, adúlteros, injustos, ni como este publicano.
Luk 18:12 Ayuno dos veces en la semana, pago el diezmo de todo cuanto poseo.»
Luk 18:13 El publicano se quedó allá lejos, y ni se atrevía a levantar los ojos al cielo, y hería su pecho diciendo: «¡Oh Dios!, ten compasión de mí, pecador.»
Luk 18:14 Os digo que bajó éste justificado a su casa, y no aquél. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.»

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El fariseo y el publicano

Una de las tentaciones típicas de Satanás, es que cuando tú vas a la Iglesia y ves a otros allí, en vez de meditar tus cosas, meditas lo que sabes de la vida de los demás. ¡Vence esta mala tentación! Tú no sabes nada de nadie, con suficiente profundidad, para poder analizar bien y, por eso, juzgas mal. Mira bien, que lo que tú estás haciendo, otros lo hacen de ti, ¿Qué crees que ven?

Cuando tengas esta mala tentación, cierra los ojos y abre tu corazón a Dios y pide perdón, no seas ingenuo creyéndote más y mejor que los demás.

Lucha, lucha contra estos pensamientos de hacer examen de conciencia de otros, y no de la tuya; cuando te ocurre esto, es que el demonio te ronda. ¡Gánale una vez más y no caigas en la tentación de juzgar!

El Cielo te espera a ti. Confiésate y renueva tu vida; sé mejor cada día tú. 

P. Jesús

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