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20 de noviembre de 2018

Martes 20 de Noviembre de 2.018

Tiempo Ordinario /33º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 19, 1-10

Los ricos también quieren salvarse

1Entrando (Jesús), atravesó Jericó. 2Había allí un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico. 3Hacía por ver a Jesús, pero a causa de la muchedumbre no podía, porque era de poca estatura. 4Corriendo adelante, se subió a un sicómoro para verle, pues había de pasar por allí. 5Cuando llegó a aquel sitio, levantó los ojos Jesús y le dijo: Zaqueo, baja pronto, porque hoy me hospedaré en tu casa. 6El bajó a toda prisa y le recibió con alegría. 7Viéndolo, todos murmuraban de que hubiera entrado a alojarse en casa de un hombre pecador.8Zaqueo, en pie, dijo al Señor: Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si a alguien he defraudado en algo, le devuelvo el cuádruplo. 9Díjole Jesús: Hoy ha venido la salud a tu casa, por cuanto éste es también hijo de Abraham; 10pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Los ricos también quieren salvarse

Esos que se han dedicado a hacer dinero, también quieren salvarse. Saben por experiencia, que el dinero no lo adquiere todo, que hay cosas que no se pueden pagar, que son regalos que uno recibe por sus virtudes y no por el dinero. ¡Y eso es bueno!, sí, es bueno que Dios regale a todos, lo que los ricos no pueden comprar.

Y lo mejor de todo, es que Dios quiere salvar a los ricos, y se invita a su casa, no les tiene miedo a su dinero, porque sabe de lo que necesitan, y el Amor de Dios se da al que lo quiere recibir, sea pobre, sea rico; y de ser rico, una vez aceptado el Amor de Dios, si ha entrado en él, empezará a repartir de su dinero; este es el fruto del Amor, dar de lo que Dios te permite tener, a otros.

Y cuando ves a un pobre aceptando a Dios, verás cómo su pobreza termina, y por sus méritos en su labor, y gracias al Amor que Dios le da y que le hace cambiar de actitud frente a sí mismo, este hombre, esta mujer, empieza a prosperar, porque la prosperidad, va unida a usar bien de los talentos que cada uno tiene y que Dios le dio para que con ellos, además de sobrevivir, además de hacer obras de caridad y misericordia, domine la tierra, que es lo que Dios pidió a Adán, para que la tierra dé su fruto y su alimento para que el hombre viva los años que Dios le permita, y viva en abundancia, y sea su abundancia, el alimento de la escasez de los pobres, que existen para que tú demuestres a Dios que puedes vivir haciendo el bien, repartiendo de lo que tienes al que no tiene, para que teniendo, des también a otros y así, entre todos, todos sean alimentados, consolados, aliviados, comprendidos y amados en Cristo, el que lo dio todo para todos, para cada uno, para ti.

Acepta dar, aprende a aceptar, y unos dando y otros aceptando, la vida sea mejor para todos, porque todos tienen necesidad de algo que no tienen y que otros tienen, para que así la bondad de unos y otros, llene de amor al mundo.

Se puede hacer un mundo mejor, sólo es cuestión de ti; ¿quieres?, di que sí y acepta que hay un lugar para ti en la Mesa Celestial, sí, para ti, aunque hayas pecado tanto que te sientas deprimido y cansado de ti mismo, porque ciertamente y verdaderamente, Dios te ama así, como eres, y quiere que aceptes su Amor, para que, si eres rico, des, y si eres pobre, empieces a tener y a dar también, porque todos tienen que dar, como Dios dio. Acepta esta realidad y comprende que hay algo más que el dinero: existen las obras y las palabras de amor, de amor con Dios.

Reza y vive haciendo el bien. Amén.

P. Jesús

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