Martes 30 de Agosto de 2.016
Evangelio:
San Lucas 4, 31-37 En la sinagoga de Cafarnaún Luk 4:31 Bajó Jesús a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y les enseñaba los días de sábado, Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
En la sinagoga de Cafarnaún No me gusta hablar de los satánicos, porque… no me gusta, porque no es bueno hablar del mal y los malos, pero hoy el Evangelio nos dice que los satánicos creen en Dios, en Jesús. Y también nos cuenta cómo Jesús hizo salir al demonio de ese pobre hombre que estaba poseído por Satanás. Hablemos de los satánicos, de estos que van por las Iglesias y roban el Cuerpo de Cristo, porque creen, porque tienen fe, y la fe de los demonios hace pervertir a los hombres, que en vez de dar Gloria a Dios, se dan al mal y se unen en el satanismo. Y hay, hay gente que pertenece al club de los satánicos. Gente que han sido niños, que siendo bebés, eran preciosos y rollizos, que invitaban a besarlos y a quererlos, que fueron creciendo, y algunos tuvieron fe, vivieron la fe, amaron la fe y pertenecieron a la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y usaron de los sacramentos y vivieron la filiación de hijos de Dios, herederos del Cielo eterno, y ahora se van irremediablemente para el Infierno. ¡Aún estás a tiempo! ¡Rectifica! Sí, sé que eres satánico, sé que valoras a Satanás, no como a una criatura de Dios, sino que lo tienes como a un dios. ¿Por qué?… La maldad empezó a anidarse en tu corazón, y la cobijaste en tu mente con el odio, porque mataste el amor. No sabes amar, no sabes amarte a ti mismo, a ti misma; y prefieres ofrecer sacrificios a Satanás, que sacrificarte por tu propio bien. Deja el mal, regresa al bien. ¡Eres libre! Dijo Jesús: “-¡Cállate, y sal de él!” Amén. Recemos por los satánicos, para que amen a Dios sobre todas las cosas, a Jesús de Nazaret, que es el único Dios verdadero, el Mesías salvador, tu Señor. La Iglesia espera a los que han sido satánicos, los espera para entregarles el amor de Dios, en la Confesión, en la Comunión, en la santidad; y con las llaves de Pedro, puede y quiere abrir este Cielo que te has cerrado tú mismo-a al hacerte satánico. Dijo Jesús: “-¡Cállate, y sal de él!” ¡¡Viva la Iglesia de Cristo Rey, Señor y Dios de cielos y tierra!! P. Jesús © copyright |