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5 de diciembre de 2021

Domingo 5 de Diciembre de 2.021

Tiempo Adviento/2º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 9, 35-10, 1.6-8

Presentación de Juan a Israel

1El año quintodécimo del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, tetrarca de Galilea Herodes, y Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de la Traconítide, y Lisania tetrarca de Abilene, 2bajo el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto, 3y vino por toda la región del Jordán predicando el bautismo de penitencia en remisión de los pecados, 4según está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

 Voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.5Todo barranco será rellenado; y todo monte y collado, allanado; y los caminos tortuosos, rectificados; y los ásperos, igualados. 6Y toda carne verá la salud de Dios.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Presentación de Juan a Israel

Si a ti Dios te ha hablado en tu desierto, para que vayas a proclamar el Evangelio, haz como San Juan Bautista y ve.

Sin dejar tu labor, si no eres sacerdote, ve y habla al pueblo, diciendo con tus palabras y obras que hay un Dios en el Cielo que te cambió la vida, y que de pecador y miserable, se te mostró radiante como en la transfiguración, y, viendo tú ese poder en Su Amor de todo un Dios de Belleza sin igual, has decidido servirlo, conocerlo más, amarlo mejor y hablar a todos de Él, de Dios Uno y Trino; el Altísimo, Cristo Rey, Dios Espíritu Santo que se mueve en toda la faz de la tierra para cubrir nuestras necesidades vitales: Mostrarnos a Dios.

Y si eres sacerdote, ¡¡corre!!
Corre a vivir de acuerdo con tu ministerio y pide perdón por las faltas de omisión y por las veces que, en vez de acercar a las personas a Dios, te has hecho tú demasiado necesitado de las almas atormentadas y te haces dios. Da a Dios, y tú mantente en el anonimato; eso es ser un sacerdote santo: ser “otro Dios” por llevar a todos al Dios verdadero, al Cristo del Madero, al Sagrario.

Propagar el evangelio, no es hacerse Dios, sino que es vivir con Dios y dar a conocer a Dios. Es no querer que te amen a ti para nada, sino que todos amen más a Dios al verte a ti que amas a Dios sobre todas las cosas y personas.

Eso hizo San Juan Bautista, y puedes y debes hacerlo tú. Incluso los seguidores de Juan, dejándolo a él, se fueron a seguir a Jesús. No usurpes la identidad de Dios, tú quédate sólo, y ¡que todos vayan a Cristo!

P. Jesús

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