26 de junio de 2023

Lee otra vez el evangelio. Sé que eres bueno, que quieres serlo, que luchas por serlo, que confiesas tus pecados y vuelves a empezar, y sé que conoces a muchos que no son como tú, no se portan bien ni tienen intenciones de hacerlo, han tenido otras vivencias, viven otras circunstancias. El sentido común que Dios ha dado a la persona, hace que ésta analice con su sentido común, todo lo que ve y oye. Y esto es bueno, sino Dios no lo hubiera hecho así, pero aunque veas la paja en el ojo de tu hermano, recuerda que las palabras de Jesús, Dios, las pronunció antes de dar a la Iglesia los sacramentos; en ese entonces, ¿quién era bueno sin la ayuda de Dios?; ahora todo es distinto, tú puedes ser santo, por la gracia de Dios, y siendo santo, verás muchas pajas y vigas en los ojos de los que no hacen como tú, no tienen fe, ni reciben los sacramentos. Dios quiere que seas realista, que veas el mal, la corrupción, y te apartes, porque TODOS SOMOS TENTADOS, también tú, que aunque recibes y vives los sacramentos y la oración, Satanás y sus secuaces, los demonios, te buscan para que pierdas la santidad, y una manera fácil, tan fácil de perderla, es juzgando a los demás. Juzgar y perdonar, son cosas de Dios, exclusivamente de Dios, y tu obligación es ser bueno, hacer el bien, y apartarte del mal, de la tentación y del corrupto. ¿Cómo se hace esto, si no se puede juzgar? Cuando uno tiene en su frigorífico una comida que huele mal, se abstiene de comerla, es más, la echa a la basura. ¿Es juzgar a la comida, la realidad de que huele mal? Dios mismo dice que juzga por los hechos, recordemos a la higuera que no daba frutos, ¡la secó! Secar la higuera es cosa de Dios, lo tuyo es acompañar a Dios, viviendo siempre en su Gracia, apartándote del mal y siendo realista al decir “esta higuera no da fruto”. No es malo protegerse, lo hacen todos los animales, y el hombre es un animal racional. Protégete del malo y de la mala tentación, que cada día, también hoy, recibirás de Satanás. No sentencies los pecados de los demás, diciendo que esta persona irá al infierno; ¿tú, que sabes? Ni perdones los pecados de los demás, diciendo, como tantos dicen de los muertos: “está en el cielo”. ¿Qué sabes tú? Tú no sabes nada, tú procura no caer en tentación, ni caer en lazo de malos, que ambas cosas vas a sufrir hoy y cada día de tu vida. ¡Sálvate!