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25 de enero de 2019

Viernes 25 de Enero de 2.019

Tiempo Ordinario /2º -Fiesta de la conversión de San Pablo, Apóstol

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 16, 15-18

Dios pide

15Y les dijo (Jesús a los once): Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. 16El que creyere y fuere bautizado, se salvará; mas el que no creyere, se condenará. 17A los que creyeren les acompañarán estas señales: en mi nombre echarán los demonios, hablarán lenguas nuevas, 18tomarán en las manos las serpientes, y, si bebieren ponzoña, no les dañará; pondrán las manos sobre los enfermos, y estos se encontrarán bien.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Dios pide

¡Sacerdote!, ve a predicar el Evangelio.

Y tú, laico, al igual que el sacerdote y el religioso, vive el evangelio.

Hablemos de San Pedro, que es bien interesante la vida de nuestro primer Papa.

Pedro, como los otros once, también él recibió el poder de expulsar demonios; y ¿es que hay muchas personas que tienen demonios?… porque si Dios da este poder, es que debe de haber, ¿no?; y de ser así, ¿no se va muy “alegremente” confiando en la gente e imitando a personas que no son Dios?; vamos, que realmente, garantía de bondad, sólo la tiene Dios, Rey. Y es que a veces, hay quien me dice que no entiende a la gente que siguen la moda, que siguen conductas muy exigentes, sobre todo físicamente, pero que las siguen porque están de moda. Y sí, es así. Pero volvamos a San Pedro, que por miedo de su vida, negó a Jesús, negó conocer y pertenecer a Jesús, Dios. Pero, de haberlo reconocido, ¿lo habrían matado también y nos habríamos quedado sin Papa?… Hay tantas cosas que pensar, que discernir. Dios comprende el miedo, el pánico, Dios sabe que tú, tú tienes miedo, y no te juzga, te da otra oportunidad, ¡una tras otra!, aunque como Pedro, tú, por tus palabras y hechos, hayas negado a Dios. Dios sabe que tienes miedo, que la vida es dura, y los enemigos de Dios buscan tu vida para ponerte de escarmiento. Si tú, como Pedro, has negado a Jesús, ¡vuelve!, regresa a la fe; abandona tu dolor de la negación y no sigas negando más; ve a la Iglesia, haz una buena confesión, aléjate del mundanismo y sigue sirviendo a Dios.

¡Sacerdote!, Dios te llama, sí, he dicho que te llama, te llama porque te Ama. ¡Ve!, y ahora ya no niegues más a Dios, sino que coge las riendas de tu iglesia y transforma tu vida; vive la fe ¡a tope!, poniendo a Dios como Rey de tu conciencia. Mañana hablaré de ello, de quién debe reinar en ti ¡para siempre!; ¡ánimo, amigo!

P. Jesús

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