Saltar al contenido

20 de noviembre de 2019

Miércoles 20 de Noviembre de 2.019

Tiempo Ordinario /33º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 19, 11a-28

Parábola de las minas

11aOyendo ellos esto, añadió Jesús una parábola 12Dijo, pues: Un hombre noble partió para una región lejana para recibir la dignidad real y volverse; 13y llamando a diez siervos suyos, les entregó diez minas y les dijo: Negociad mientras vuelvo. 14Sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron detrás de él una legación, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 15Sucedió que, al volver él, después de haber recibido el reino, hizo llamar a aquellos siervos a quienes había entregado el dinero, para saber cómo habían negociado. 16Se presentó el primero, diciendo: Señor, tu mina ha producido diez minas. 17Díjole: Muy bien, siervo bueno; puesto que has sido fiel en lo poco, recibirás el gobierno de diez ciudades. 18Vino el segundo, que dijo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. 19Díjole también a éste: Y tú recibe el gobierno de cinco ciudades. 20Llega el otro diciendo: Señor, ahí tienes tu mina, que tuve guardada en un pañuelo, 21pues tenía miedo de ti, que eres hombre severo, que quieres recoger lo que no pusiste y segar donde no sembraste. 22Díjole: Sabías que yo soy hombre severo, que tomo donde no deposité, y siego donde no sembré. 23¿Por qué, pues, no diste mi dinero al banquero, y yo, al volver, lo hubiera recibido con los intereses? 24Y dijo a los presentes: Quitadle a éste la mina y dádsela al que tiene diez. 25Le dijeron: Señor, ya tiene diez minas. 26Díjoles: Os digo que a todo el que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 27Cuanto a esos mis enemigos que no quisieron que yo reinase sobre ellos, traedlos acá y, delante de mí, degolladlos. 28Y diciendo esto, siguió adelante, subiendo hacia Jerusalén.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Parábola de las minas

Dios quiere reinar en nosotros, mientras no le vemos. Así, que empieza a pensar cómo servir Al que dió a conocer su Reino en todo corazón.

Todos podemos amar a Dios y servirle, porque Dios se ha quedado “oculto” en la Sagrada Hostia Consagrada, y de allí mana el Amor de un Dios por cada uno de nosotros, para que su Reino pueda ser recibido por los buenos administradores, que le sirvan con la justicia de enseñar al que no sabe. Propagad el Evangelio, porque esta Buena Nueva es la felicidad para el hombre, ya que no hay nada que haga más feliz al hombre, que ayudar a otro a encontrar a Dios y su Amor.

P. Jesús
© copyright