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18 de noviembre de 2021

Jueves 18 de Noviembre de 2.021

Tiempo Ordinario/33º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 19, 41-44

Jesús lloró

41Así que estuvo (Jesús) cerca (de Jerusalem), al ver la ciudad, lloró sobre ella, diciendo: 42¡Si al menos en este día conocieras lo que hace a la paz tuya! Pero ahora está oculto a tus ojos. 43Porque días vendrán sobre ti, y te rodearán de trincheras tus enemigos, y te cercarán, y te estrecharán por todas partes, 44y te abatirán al suelo a ti y a los hijos que tienes dentro, y no dejarán en ti piedra sobre piedra por no haber conocido el tiempo de tu visitación.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Jesús lloró

Jesús lloró, como lloras tú cada vez que te das cuenta de que muchos no hacen el bien por amor a Dios, por servir a Jesús, por ser testigo de la fe.

Personas de tu propia congregación de laicos consagrados, a veces te hacen llorar, porque exigen tu santidad, y ves tú su ceguera.

Estabas solo-a y necesitado de ayuda y de guía espiritual, y queriendo ser un laico consagrado, te acercaste allí donde habían, para ser uno-a de ellos-as, para vivir el Cielo en la tierra; y, a veces, hay almas buenas y otras veces no, pero te debes por voto de obediencia a tu congregación, a tu grupo católico. Dios no quiere que sufras, pero tampoco quiere que hagas tú sufrir a nadie. Elegiste tu camino, deseaste dejar la soledad y compartir la fe con otros laicos consagrados, y esto es bueno, y allí habrá, como en todo lugar, una cruz que soportar, una cruz que cargar.

Llora, porque Jesús también lloró. Él, Cristo te consuela y también te deja compartir la alegría con otros hermanos consagrados, que como tú, quieren vivir el Cielo en la tierra, pero en la tierra lo que hay, no es el Cielo, sino el Amor de Dios, que aun siendo lo mismo, es diferente, porque aquí se ama a Dios, y aquí Dios lloró, como tú lloras por Dios.

Hay mucho por hacer en este mundo, y los laicos consagrados trabajan de la primera hora a la última del día, y de noche mientras descansan, rezan para las almas, para que todas las almas tengan la oportunidad de hallar la Verdad, de andar el Camino y vivir la Vida, por la Gracia de Dios.

Dios lloró, y tú lloras con Él, porque Dios comprende tu sufrimiento y quiere que con él, aceptado y vivido en la paz de dar bien por bien y bien por mal, te ganes el Cielo, allí donde Dios no llora, sino que todo es alegría, la alegría del Amor.

Vive y conságrate a Dios.

P. Jesús

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