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16 de agosto de 2016

Martes 16 de Agosto de 2.016

Evangelio:

San Mateo 19, 23-30

Lo hemos dejado todo y te hemos seguido

Mat 19:23 Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad os digo que difícilmente entra un rico en el Reino de los Cielos.
Mat 19:24 De nuevo os digo: es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el Reino de los Cielos».
Mat 19:25 Oyendo esto, los discípulos se quedaron estupefactos, y dijeron: «¿Quién, pues, podrá salvarse?».
Mat 19:26 Mirándolos, Jesús les dijo: «Para los hombres, imposible; mas para Dios todo es posible».
Mat 19:27 Entonces, tomando Pedro la palabra, le dijo: «Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué tendremos?».
Mat 19:28 Jesús les dijo: «En verdad os digo que vosotros, los que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente sobre el trono de su gloria, os sentaréis también vosotros sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Mat 19:29 Y todo el que dejare hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o campos, por amor de mi nombre, recibirá el céntuplo y heredará la vida eterna.
Mat 19:30 Y muchos primeros serán postreros; y los postreros, primeros».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Lo hemos dejado todo y te hemos seguido

No es que los ricos no puedan creer en Dios, que sí que pueden; ocurre que los ricos, muchos ricos, tienen puestos en su corazón y pensamientos, el dinero que tienen, la posesiones que tienen; y todos sabemos, que lo que el hombre tiene en su corazón, esto es lo que ama. Los ricos, muchos aman el dinero, y no hay cabida en su corazón, al amor primero y único, a Dios.

Es por eso que Dios avisa, dice que difícilmente entrará un rico en el Reino de los Cielos, y aún que no es posible para ningún hombre salvarse; sí que es verdad que se salva por Jesús, por Dios, pero debe creer en Él, amarlo sobre todas las cosas y más que a sus riquezas y propiedades, pero la condición humana es pensar en lo que se tiene; si se tiene a Dios, por la fe en Él, por la Eucaristía, entonces, las obras de esta fe viva, muestran y demuestran qué es lo que tiene en su corazón. Si tiene sólo su dinero, no tiene a Dios, porque el mismo Dios nos dijo: No se puede amar y servir a Dios y al dinero.

Debes elegir a quién servir.

Un alma de fe, sirve a Dios, utilizando su dinero.

P. Jesús

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