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14 de diciembre de 2020

Lunes 14 de Diciembre de 2.020

Tiempo de Adviento/3º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 21, 23-27

Los poderes de Jesús

23Entrando (Jesús) en el templo, se le acercaron los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo mientras enseñaba, diciendo: ¿Con qué poder haces tales cosas? ¿Quién te ha dado tal poder? 24Respondió Jesús y les dijo: Voy a haceros yo también una pregunta, y si me contestáis, os diré con qué poder hago tales cosas. 25El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía? ¿Del cielo o de los hombres? Ellos comenzaron a pensar entre sí: Si decimos que del cielo, nos dirá: ¿Pues por qué no habéis creído en él? 26Si decimos que de los hombres, tememos a la muchedumbre, pues todos tienen a Juan por profeta. 27Y respondieron a Jesús: No sabemos. Díjoles Él a su vez: Pues tampoco os digo yo con qué poder hago estas cosas.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Los poderes de Jesús

El poder de Dios es su Caridad, este Amor con que nos ama Dios.

Nadie puede arrebatarle a Dios el Amor con que nos ama, porque su amor es Amor de Dios, no es amor de criatura, que si te aman, amas. ¡No! El amor verdadero, el amor proveniente de la caridad y que es caridad, ama aunque no te amen. Da bien, aunque te hagan mal.

Debes entender esto, hijo mío, hija mía, porque cuando lo comprendas, podrás amar y, con el amor, el miedo se irá de tu lado, y sin miedo, sólo con amor, con caridad, Dios podrá utilizarte y hacer cosas maravillosas contigo y en ti.

… Pero debes amar primero al Amor, a Dios, y Dios te infundirá la valentía de corazón que necesitas para aceptar que los que amas, no son como tu quisieras que fueran, sino que son como son; y que siendo como son, debes ayudarlos a ser como es Dios, ¡no como eres tú!, sino como es Dios.

Y tú tienes que ser también, como es Dios.

Quizás tú te asemejas más a Dios que los que amas. Quizás, por la misericordia de Dios, Dios te ha dado más fe a ti, primero, para que ayudes a Dios a ayudar a los que amas a que, con tus oraciones, palabras, ejemplos y obras de caridad, pueda Dios aumentar la fe en ellos.

Te lo diré claramente, hijo mío, hija mía, si los que amas no aman a Dios, es que tú no tienes caridad, es que tú no amas a Dios sobre todas las cosas y personas, es que tú no das bien por mal, ni haces el bien sin mirar a quién.

Medítalo.

Sé fuerte y acepta que te falta caridad. Porque fe tienes, y tienes instrucción de la misma, de tu fe, pero no tienes ni esperanza ni caridad. ¿Qué voy a hacer contigo?… Dios espera de ti, y tú esperas de los que amas, de los demás.

Ay, hijo, hija, ¡cuántas lágrimas haces brotar de los ojos de la Virgen María, Madre de Dios y tuya!

Ven… deja que te abrace, porque yo sí tengo caridad y no tengo miedo ni de ti, ni de nadie, porque amo a Dios con todo mi corazón, con todas mis fuerzas y mis ganas de hacer el bien siempre, por Él, como Él, para Él, mi amor, Dios.

P. Jesús

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