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9 de noviembre de 2022

Miércoles 9 de Noviembre de 2.022

Tiempo ordinario/32º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Juan 2, 13-22

Los vendedores

13Estaba próxima la Pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. 14Encontró en el templo a los vendedores de bueyes, de ovejas y de palomas, y a los cambistas sentados; 15y, haciendo de cuerdas un azote, los arrojó a todos del templo, con las ovejas y los bueyes; derramó el dinero de los cambistas y derribó las mesas; 16y a los que vendían palomas les dijo: Quitad de aquí todo esto y no hagáis de la casa de mi Padre casa de contratación. 17Se acordaron sus discípulos que está escrito: <<El celo de tu casa me consume>>.18Los judíos tomaron la palabra y le dijeron: ¿Qué señal das para obrar así?

19Respondió Jesús y dijo: Destruid este templo y en tres días lo levantaré. 20Replicaron los judíos: Cuarenta y seis años se han empleado en edificar este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? 21Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. 22Cuando resucitó de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Los vendedores

Siguen algunos vendiendo en el Templo, muchos se venden a sí mismos y dejan la fe, otros venden ilusiones de fe a la carta, evitando los dogmas y proclamando que Dios no castiga; y Dios castiga, también en esta vida, no sólo en la otra recibe uno de Dios sentencia; en la otra vida, la sentencia es definitiva, en esta, es un regaño paternal, para que quien obre mal, cambie de conducta y decida unirse a la gracia santificante que se recibe por usar de los sacramentos y la oración y cumplir con los mandamientos, aceptando la mortificación.

Dios no quiere que se venda a cambio de la fe, por la fe, en la Casa de Dios. Pero muchos siguen haciendo oídos sordos, y son ciegos, guías de ciegos.

Dios no quiere lastimarte con su látigo, pero si sigues queriendo hacer comercio con la fe, vas a recibir algunos azotes, porque no se puede vender la fe a mejor precio que otros; la fe es una, la fe es seguir a Cristo y cargas con tu cruz y, además, si eres consagrado, eres capaz de llevar la cruz de otros, ayudado por el mismo Dios, Jesús, que cargando con su Cruz, lleva la tuya y la de todos.

¡No hay nadie como Dios!, Dios lo ha dado todo por ti. Acéptalo y vive la fe, propagando el Evangelio, aceptando la maldad y obrando siempre con caridad, como hizo Jesús, Dios.

P. Jesús

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