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5 de noviembre de 2022

Sábado 5 de Noviembre de 2.022

Tiempo ordinario/31º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 16, 9-15

Y tú; ¿eres fiel en lo poco?

(Dijo Jesús a sus discípulos): 9Y yo os digo: Con las riquezas injustas haceos amigos, para que, cuando éstas falten, os reciban en los eternos tabernáculos.10El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho: y el que en lo poco es infiel, también es infiel en lo mucho. 11Si vosotros, pues, no sois fieles en las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas? 12Y si en lo ajeno no sois fieles, ¿quién os dará lo vuestro? 13Ningún criado puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

14Oían estas cosas los fariseos, que son avaros, y se mofaban de Él. 15Y les dijo: Vosotros pretendéis pasar por justos ante los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es para los hombres estimable, es abominable ante Dios.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Y tú; ¿eres fiel en lo poco?

Vamos a ver, ¿qué tienes tú que no tenga otro?, en eso debes serle fiel a Dios, en tus talentos personales, propios de ti mismo, de ti misma. Yo sé que tú podrías hacer más de lo que haces por Dios, pero te entretienes con muchas cosas que otros pueden hacer, mientras tú, después de cumplir con tu deber, puedes hacer extras para Dios.

Eso hace el consagrado, trabajo extra para Dios. Se quita cosas lícitas que le ocupan la vida, para entregar su vida al servicio de Dios, ayudando a otros, orando por otros, sirviendo a otros, y eso estando cansado de una labor diaria que a otros ya de por sí les cansa, pero a ti, no; a ti, que tu corazón lo tienes lleno del amor a Dios, tú, aunque estés físicamente cansado, sigues haciendo tu labor de apostolado con el ejemplo de tu vida, para que tus hijos, tu esposa, tus familiares y amigos, se sientan servidos por Dios.

Dicen de ti que eres un ángel, porque no discutes ni riñes, no criticas ni te enfadas, todo lo aceptas como algo providencial, y en vez de llorar, o mientras lloras, vas pasando las cuentas del rosario pidiendo la ayuda, por la intercesión de tus súplicas a Dios, de su Madre, la Virgen María.

La vida para los consagrados es más difícil, pero, ¿y qué?, alguien tiene que dar a Dios lo que es de Dios; ¡tú!

¡Anímate a rendir más que muchos!, y hazlo todo por amor a Dios.

Dios confía en ti. ¡Que sí!

P. Jesús

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