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5 de agosto de 2017

Sábado 5 de Agosto de 2.017

 

San Mateo 14, 1-12

La fama de Jesús

Mat 14:1 Por aquel tiempo llegaron a Herodes, el tetrarca, noticias acerca de Jesús,
Mat 14:2 y dijo a sus servidores: «Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso obra en él un poder milagroso».
Mat 14:3 Pues Herodes había hecho prender a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de Filipo, su hermano;
Mat 14:4 porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla».
Mat 14:5 Quiso matarle, pero tuvo miedo de la muchedumbre, que le tenía por profeta.
Mat 14:6 Al llegar el cumpleaños de Herodes, bailó la hija de Herodías ante todos,
Mat 14:7 y tanto le gustó a Herodes, que con juramento le prometió darle cuanto le pidiera,
Mat 14:8 y ella inducida por su madre: «Dame — le dijo —, aquí, en la bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».
Mat 14:9 El rey se entristeció, mas por el juramento hecho y por la presencia de los convidados ordenó dársela,
Mat 14:10 y mandó degollar en la cárcel a Juan el Bautista,
Mat 14:11 cuya cabeza fue traída en una bandeja y dada a la joven, que se la llevó a su madre.
Mat 14:12 Vinieron sus discípulos, tomaron el cadáver y lo sepultaron, yendo luego a anunciárselo a Jesús.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Evangelio:

Meditación:

La fama de Jesús

Esto es histórico, ¡la fama de Jesús ante el rey Herodes!

Tú, que no quieres creer en Dios, en Jesús; tú, que quieres dudar de todo, que sepas que Herodes supo de la fama de Jesús; entonces, Jesús existió, y es cierto, es verdad, todos los milagros que hizo, y que algunos de ellos quedaron relatados en los Evangelios, como quedó constatado en los mismos Evangelios, que Herodes conoció la buena fama de Jesús.

Jesús, Dios, tenía buena fama, ¡y lo mataron!; lo mataron los suyos, por eso, por tener buena fama, fama por sus hechos, por sus milagros.

Tú, que tienes buena fama, que saben de tus bondades, de tus obras de misericordia, de tu caridad, también a ti pueden matarte los tuyos, ¿por qué no?; ¿no hicieron esto mismo con Nuestro Señor Jesucristo?; ¿no pasó por tanto sufrimiento y humillación, la misma Madre de Dios, al ver a su hijo crucificado?

¡Aguanta todo lo que vivas y tengas que vivir! ¡No te quejes!, y haz siempre el bien.

La vida continúa en el Cielo o en el Infierno, tú decides tu lugar, y tu fama te precederá y predecirá tu destino final.

¿Dónde vas a ir a vivir con tu alma, después de morir?… ¿Cuál es tu fama?

No lo que dicen los tuyos, que están corrompidos, sino lo que dice el mundo, que es neutral, y al bien llama bien, y al mal, mal, aunque la masa neutral, también dejó matar a Dios.

No esperes tampoco que tu fama te salve del dolor de este mundo, porque, o por unos o por otros, o por ambos, sí o sí, vas a sufrir, porque eres fiel discípulo de Cristo.

 

P. Jesús

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