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22 de junio de 2021

Martes 22 de Junio de 2.021

Tiempo ordinario 12º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 7, 6.12-14

Tratad a los demás como queréis que os traten

(Dijo Jesús a sus discípulos): 6No deis las cosas santas a perros ni arrojéis vuestras perlas a los puercos, no sea que las pisoteen con sus pies y, revolviéndose, os destrocen.

7Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8Porque quien pide recibe, quien busca halla y a quien llama se le abre. 9Pues ¿quién de vosotros es el que, si su hijo le pide pan, le da una piedra, 10o, si le pide un pez, le da una serpiente? 11Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quien se las pide!

12Por eso, cuanto quisieres que os hagan a vosotros los hombres, hacédselo vosotros a ellos, porque ésta es la Ley y los Profetas.

13Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y son muchos los que por ella entran. 14¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida, y cuán pocos los que dan con ella!

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Tratad a los demás como queréis que os traten

Tú eres de los pocos que han encontrado la Puerta, a Jesús el Nazareno, al Mesías Salvador y Redentor. Has hallado a Dios, pero…

Pero…

Ay, qué tentador es el mundo ¿verdad? Y más cuando se halla a Dios en la juventud.

Cuando uno es anciano y encuentra a Dios, es un descanso para sus huesos, porque ya no puede seguir a los mundanos, ya su cuerpo, con el paso del tiempo, está enfermo, y desea más la felicidad del alma, los goces del corazón que no pueden pagarse con dinero ni sexo, a la vorágine de una vida de solicitud al cuerpo: el dios de cada uno; su yo.

Pero los que encuentran a Dios en la juventud, esos que pasan por la puerta estrecha, esos son felices a pesar de no vivir lo mismo que los mundanos, aunque antes de decidirse a pasar por la puerta estrecha ven y miran y los llaman los mundanos riendo y disfrutando de ese hoy que dicen que no va a repetirse y sin embargo la vida es un sucesivo de repeticiones en las circunstancias de una misma persona, porque son las costumbres las que hacen las obras de los pensamientos, y estas atraen las circunstancias por nuestro carácter; así vemos que quien es precipitado tiende a tener pequeños accidentes y, hasta que no se vuelve tranquilo, le ocurre eso; así ocurre con los que no pasan por la puerta estrecha y se quedan en el mundo donde lo que rige son las circunstancias y no LA MANO DE DIOS.

Pasada la puerta estrecha, la vida es otra, la vida es pulirse continuamente el carácter e ir cogiendo virtudes y reforzando la voluntad por medio de la oración y los sacramentos. A estos, a los que han pasado por la puerta estrecha, esos no tienen un ciclo en su vida integral, sino que todo es una línea recta hacia la vida sobrenatural de la fe y la esperanza con la caridad. Estos van de la mano de Dios y Dios en un ¡zas!, puede cambiar cualquier circunstancia negativa en positiva, a la luz de la Verdad que es amar a Dios y servir a los hombres con tu Misión especial y única para ti.

Pasa por la puerta estrecha. ¡La has visto! Es Cristo, entonces, como Él, como Dios, coge tu cruz y camina por la obediencia de la Voluntad de Dios: Los mandamientos.

¡Ánimo compañero! Antes que tú pasó Jesús, nuestro Dios Salvador y Redentor.

¡Ánimo!

P. Jesús

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