Jueves 16 de Febrero de 2.023
Tiempo Ordinario/6º
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Evangelio:
San Marcos 8, 27-33
Jesús pregunta
27Iba Jesús con sus discípulos a las aldeas de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 28Ellos le respondieron diciendo: Unos, que Juan Bautista; otros, que Elías, y otros, que uno de los profetas. 29Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Mesías. 30Y les encargó que a nadie dijeran esto de Él.
31Comenzó a enseñarles cómo era preciso que el Hijo del hombre padeciese mucho, y que fuese rechazado por los ancianos y los príncipes de los sacerdotes y los escribas, y que fuese muerto y resucitase después de tres días. Claramente les hablaba de esto. 32Pedro, tomándole aparte, se puso a reprenderle. 33Pero Él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro y le dijo: Quítate allá, Satán, pues tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.
Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)
«Palabra del Señor»
«Gloria a ti Señor Jesús»
Meditación:
Jesús pregunta
Dios lo sabía todo, todo lo que le iba a pasar, a vivir. Y seguía con ello. Tú, a veces, sabes que, estando casado, no puedes ir con otra persona y tener relaciones sexuales, sabes que prometiste fidelidad, y sabiendo esto, debes seguir con tu vida de fidelidad a la promesa ante el altar. Tú no puedes, en nombre del amor humano o de lo que sea, romper tu promesa dada ante Dios.
Jesús te pregunta si quieres beber el cáliz de tus amarguras, por el cumplimiento fiel de tu deber. ¿Qué le contestarás a Dios? ¿Serás capaz de imitar a Cristo y, sabiendo de tu sufrimiento futuro, serás fiel a la promesa del pasado, teniéndola presente en éste, tu presente?
Tienes que hacer como Jesús, como María, y cumplir tus promesas, tus votos hechos a Dios.
Aunque sabes que vas a sufrir, sigue cumpliendo con tu deber.
Reza para que Dios te ayude a llevar tu cruz y a esperar de Dios su ayuda fiel para salvarte. Que la vida va de salvación, y no de instantes de pasión por la fornicación y el adulterio.
Dios quiere salvarte.
P. Jesús
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