14 de marzo de 2016

Joh 8:12 Otra vez les habló Jesús a los fariseos, diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda en la tiniebla, sino que tendrá luz de vida».
Joh 8:13 Dijéronle, pues, los fariseos: «Tú das testimonio de ti mismo, y tu testimonio no es verdadero».
Joh 8:14 Respondió Jesús y dijo: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde vengo y adónde voy, mientras que vosotros no sabéis de dónde vengo o adónde voy.
Joh 8:15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie;
Joh 8:16 y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy solo, sino yo y el Padre, que me ha enviado.
Joh 8:17 En vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos es verdadero.
Joh 8:18 Yo soy el que da testimonio de mí mismo, y el Padre, que me ha enviado, da testimonio de mí».
Joh 8:19 Pero ellos le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «Ni a mí me conocéis ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre».
Joh 8:20 Estas palabras las dijo Jesús en el gazofilacio, enseñando en el Templo, y nadie puso en Él las manos, porque aún no había llegado su hora.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»