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14 de febrero de 2014

Viernes 14 de Febrero de 2.014

Evangelio:

San Lucas 10, 1-9

Dios designa

Luk 10:1  Después de esto, designó Jesús a otros setenta y dos y los envió, de dos en dos, delante de sí, a toda ciudad y lugar adonde El había de venir,
Luk 10:2  y les dijo: La mies es mucha y los obreros pocos; rogad, pues, al amo de la mies mande obreros a su mies.»
Luk 10:3  Id, yo os envío como corderos en medio de lobos.
Luk 10:4  No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias, y a nadie saludéis por el camino.
Luk 10:5  En cualquier casa en que entréis, decid primero: La paz sea con esta casa.
Luk 10:6  Si hubiere en ella un hijo de la paz, descansará sobre él vuestra paz; si no, se volverá a vosotros.»
Luk 10:7  Permaneced en esa casa y comed y bebed lo que os sirvieren, porque el obrero es digno de su salario. No vayáis de casa en casa.
Luk 10:8  En cualquier ciudad en que entrareis y os recibieren, comed lo que os fuere servido,
Luk 10:9  y curad a los enfermos que en ella hubiere, y decidles: El Reino de Dios está cerca de vosotros.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Dios designa

Jesús, Dios, designó a otros setenta y dos, y pidió que se rogase al amo de la mies, mande obreros a su mies.

No es fácil, nada fácil, ser obrero del amo de la mies. Esos obreros tienen que ir de dos en dos y no llevar bolsa, ni alforja ni sandalias, y a nadie hay que saludar por el camino; y en cualquier casa que se entre, hay que decir primero: “la paz sea con esta casa”. ¡Vaya si es complicado ser obrero del amo de la mies!

Dios elije, decide quien irá con quien delante de Él a propagar la Buena Nueva de la venida de Cristo Rey.

Algunos entran muy “alegremente” en casa ajena, sin decir primero: “la paz sea con esta casa”, y llevan bolsa y alforja y sandalias, y saludan por el camino. ¿Cómo puede ser esto?… ¿quizás porque no son elegidos por Dios?… Los elegidos obedecen a su Señor, estos oyen su voz en su conciencia y recuerdan la doctrina cristiana, no se ponen en condiciones de pecar y van repartiendo la paz, con la fe de servir al amo de la mies.

P. Jesús

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