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11 de agosto de 2016

Jueves 11 de Agosto de 2.016

Evangelio:

San Mateo 18, 21-30.32-35

Contra ti

Mat 18:21 Se le acercó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano si peca contra mí? ¿Hasta siete veces?»
Mat 18:22 Dícele Jesús: «No digo yo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Mat 18:23 Por eso se asemeja el Reino de los Cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos.
Mat 18:24 Al comenzar a tomarlas, se le presentó uno que le debía diez mil talentos.
Mat 18:25 Como no tenía con qué pagar, mandó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía y saldar la deuda.
Mat 18:26 Entonces el siervo, cayendo de hinojos, dijo: «Señor, dame espera y te lo pagaré todo».
Mat 18:27 Compadecido el señor del siervo aquel, le despidió, condonándole la deuda.
Mat 18:28 En saliendo de allí, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándole, le ahogaba diciendo: «Paga lo que debes».
Mat 18:29 De hinojos le suplicaba a su compañero, diciendo: «Dame espera y te pagaré».
Mat 18:30 Pero él se negó, y le hizo encerrar en la prisión hasta que pagara la deuda.
Mat 18:32 Entonces hízole llamar el señor, y le dijo: «Mal siervo, te condoné yo toda la deuda porque me lo suplicaste.
Mat 18:33 ¿No era, pues, justo que tuvieses tú compasión de tu compañero, como la tuve yo de ti?».
Mat 18:34 E irritado, le entregó a los torturadores hasta que pagase toda la deuda.
Mat 18:35 Así hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonare cada uno a su hermano de todo corazón».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Contra ti

Muchas veces, algunos creen que la vida de perfección, de santidad, va de estar siempre en la presencia de Dios, pero no piensan que deben estar allí, en la presencia de Dios, humildes y humillados de no ser perfectos, de no haber sido siempre y totalmente buenos; y si están en presencia de Dios, algunos, y delante de Él, están llenos de rencores, de odios, de envidias, de egoísmos antinaturales, que les impide todo ello perdonar a quien los ha ofendido, a quien los ofende y tiene intenciones de seguir ofendiéndole, y aún a esos, ¡que hay!, Dios también pide que se les perdone.

Hay que perdonar a todos los que han pecado contra ti, ¡A TODOS!

Es que no saben lo que hacen; aunque sí sepan que hacen daño, y sus intenciones sean hacértelo, y sus deseos y planes salidos de su corazón, sean hacerte daño, ¡destruirte!, quitarte eso que tienes y es tuyo; pues, a esos, ¡a esos! que van contra ti, que están contra ti, HAY, TIENES que perdonarlos, porque aun siendo la causa de tu dolor, esos, si no los perdonas, y bien sinceramente, van a llevarte al Infierno.

Hemos leído en el Evangelio de hoy, lo que Dios quiere de ti. Y eso tiene que quedarte claro, ¡clarísimo!, que si no perdonas a TODOS, Dios no te perdonará. Y te lo digo en serio, porque, muy en serio, lo dijo Jesús a sus discípulos.

Aunque te duela, ¡perdona!

Si no te doliera, ¡aún sería mejor! Y hay gentes así, personas maravillosas, a las que no les duele lo que les hacen, ¡y les hacen daño!, mucho daño. Mañana seguiré con el tema, ¡léeme! Hoy ten claro, muy claro, que debes perdonar si quieres que Dios te perdone; si no perdonas, ¡Dios no te perdonará! Así de claro es este asunto del perdón. Medítalo, porque no sea que, además de sufrir por otros, por lo que otros te hacen, además, por ellos, por esos que te dañan y no perdonas, vayas tú al infierno; y además, habiendo recibido tanto dolor, habiendo aguantado el no devolverlo, todo y no habiendo hecho mal alguno, ADEMÁS tienes que perdonar. Así son las normas de la Casa, del Reino de Dios. Y hay que aceptar las normas, si quieres ir allí; de eso también te hablaré, pero será pasado mañana. Sigue leyéndome y ten fe. Amén.

P. Jesús

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