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P. Jesús - 2056. página

16 de octubre de 2022

Domingo 16 de Octubre de 2.022

Tiempo ordinario/29º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 18, 1-8

El mundo

1Les dijo (Jesús) una parábola para mostrar que es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer, 2diciendo: Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3Había asimismo en aquella ciudad una viuda que vino a él diciendo: Hazme justicia contra mi adversario. 4Por mucho tiempo no le hizo caso; pero luego se dijo para sí: Aunque, a la verdad, yo no tengo temor de Dios ni respeto a los hombres, 5mas, porque esta viuda me está cargando, le haré justicia, para que no acabe por molerme. 6Dijo el Señor: Oíd lo que dice este juez inicuo. 7¿Y Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aun cuando los haga esperar? 8Os digo que hará justicia prontamente. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

El mundo

¿Conoces tú, en este mundo, a personas que no temen a Dios ni respetan a los hombres?… me dices que sí, que conoces alguna gente así. Pues aprende a orar a Dios, porque lo vas a necesitar, vas a necesitar de mucha oración, porque la gente que es así, no hace lo justo, sino lo que le da la gana; por eso, a esos hay que pedirles, una y otra vez, que sean justos, porque por su propia voluntad, no va con ellos el ser buenos, ¡no quieren serlo!, sólo les interesa salirse con la suya y tener cuanto menos trabajo mejor, y eso sí, siempre tener un buen puesto donde ejercer su profesión, trabajando poco y recibiendo mucho dinero, principalmente, por su presencia en tal lugar, más que por trabajar.

Cuanta más gente conozcas así, más necesitas de tu oración a Dios, porque ellos no piensan ayudarte en nada, porque no entran en sus planes, servir a los demás. Sólo Dios puede hacer y hace que estos que he nombrado, los que no temen a Dios ni respetan a los hombres, si tienen un cargo de influencia, te hagan caso en las exigencias a su trabajo, a su labor social.

La paciencia es una virtud que necesita de la oración, como todas las demás virtudes que los hombres que aman a Dios y respetan a sus semejantes, tienen, viven, quieren.

Hay gente mala, pero lo importante es que tú, tú, seas una persona buena, que tengas temor de Dios y tengas ganas y deseos de servir a los demás, y lo hagas. ¿Ya estás ayudando en algo a los demás?… ¿Qué haces para que este mundo sea mejor?…

P. Jesús

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