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Evangelios marzo 2022 - 3. página

2 de marzo de 2022

Miércoles 2 de Marzo de 2.022

Tiempo Cuaresma/ – Miércoles de Ceniza -Ayuno y abstinencia

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 6, 1-6.16-18

Tu limosna, dala a escondidas

(Dijo Jesús a sus discípulos): 1Estad atentos a no hacer vuestra justicia delante de los hombres para que os vean; de otra manera no tendréis recompensa ante vuestro Padre, que está en los cielos.

2Cuando hagas, pues, limosna, no vayas tocando la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa.3Cuando des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace la derecha, 4para que tu limosna sea oculta, y el Padre, que ve lo oculto, te premiará.

5Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar de pie en las sinagogas y en los ángulos de las plazas, para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa. 6Tú, cuando ores, entra en tu cámara y, cerrada la puerta, ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

16Cuando ayunéis, no aparezcáis tristes, como los hipócritas, que demudan su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. 17Tú, cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara,18para que no vean los hombres que ayunas, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Tu limosna, dala a escondidas

Algunos, cuando dan limosna, están tan contentos de poder ayudar a sus semejantes, que lo van diciendo; no es por maldad, es por esta alegría que da el dar. Pero incluso la alegría, hay que dominar, es decir, puedes estar alegre, ¡y debes de estarlo por dar limosna!, pero que esta alegría esté solamente en tu corazón y no en tu boca, porque al hablar bien de ti, das a conocer la precariedad económica y pobreza de otros, que tanto les lastima, porque ¿quién quiere ser pobre?, ¿quién quiere tener necesidad de la limosna de los demás?; que yo sepa, nadie. Entonces tu bien al dar limosna, es un mal, si dices a otros que la das, a quién la das. Y si solamente dices que la das, a lo mejor quien te oye, tiene necesidad sin tú saberlo, y este bien tuyo, le puede hacer mal. Sé que lo has comprendido; ¡vas para santo-a!

P. Jesús

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