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Evangelios diciembre 2022 - 3. página

2 de diciembre de 2022

Viernes 2 de Diciembre de 2.022

Tiempo de Adviento/1º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 9, 27-31

Seguían a Jesús, Dios

27Partido Jesús de allí, le seguían dos ciegos dando voces y diciendo: Ten piedad de nosotros, Hijo de David. 28Entrando en la casa, se le acercaron los ciegos y les dijo Jesús: ¿Creéis que puedo yo hacer esto? Respondiéronle: Sí, Señor.29Entonces tocó sus ojos, diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe. 30Y se abrieron sus ojos. Con tono severo les advirtió: Mirad que nadie lo sepa; 31pero ellos, una vez fuera, extendieron su fama por todo aquel país.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Seguían a Jesús, Dios

Los listos, los que sufren y son listos, siguen a Jesús. ¿Tú eres listo? Sí, tú eres listo, lees diariamente el evangelio y sigues a Jesús, sólo que, a veces, te sientes mal por los que aprecias, amas, y no hacen como tú, no siguen a Jesús. No voy a decirte que no sufras, cuando yo sufro tanto por ellos, por los que amo y ellos no aman a Dios. ¿Te sirve de consuelo que yo, como tú, sufra? Sí, sé que te ha consolado saber nuestra verdad, el que estamos unidos por este gran sufrimiento de ver a tantos que no siguen a Jesús, Dios. ¿Cómo vivir con esto? Algunos, han dejado de seguir a Jesús para seguir a los que no siguen a Jesús; tantos y tantos, por amor humano, dejan de seguir a Jesús, Dios; abandonan su fe y… ¿qué les ocurre en su vida? Es bueno observar la vida de los demás, para aprender y no cometer los mismos errores; observar no es juzgar; más bien, el observador católico, al observar se llena de compasión y temor; compasión por los pecados y errores cometidos por los demás, y temor porque sabe que no es diferente a los demás, sino que sabe que, si se aparta de la gracia de Dios, de vivir cumpliendo los mandamientos y usando de los sacramentos y la oración, puede cometer pecados y errores, igual que los demás.

¡No dejes de seguir a Jesús!

La imperfección de la persona que no vive en gracia de Dios, es como una plaga que se propaga en uno mismo, hasta consumirle todos los huesos, y contagia a los demás hasta que se consumen sus huesos también. La vida de pecado del corrupto, del que NO quiere seguir a Jesús, contamina y perjudica al mundo, no sólo a las personas, sino también a todos los seres vivientes, al planeta Tierra y al universo.

La perfección está en la voluntad y las obras de fe, selladas por los sacramentos, y seguir a Jesús, Dios.

Amigo, no puedo decirte, nunca te diré, jamás oirás de mis labios, que dejes de seguir a Jesús. Haz como yo, sufre por los que amas y no siguen a Jesús; y tú, como yo, ama a Dios sobre todas las cosas y personas, sobre ti mismo.

Amigo, hay un Cielo, un Reino en el Cielo, donde viven los que han seguido a Jesús; miles, millones de almas buenas, ¡santas!, y allí, tú, tú irás a vivir con ellas, con Dios, Uno y Trino, con la dulcísima Virgen María, con los ángeles; y habrá un mundo nuevo, un mundo para los buenos, para los santos, para los que sufren ahora por los que no siguen a Dios. Amigo, no te miento, es verdad, hay un Reino Celestial, un nuevo Paraíso, que es real, y que ahí viven y vivirán los buenos, los santos como tú, los que se van a confesar si pecan, si faltan contra alguno de los diez mandamientos, y que por la pasión y muerte de Jesucristo, por creer en Él, que es el Hijo de Dios, tus pecados son perdonados y tú eres salvado, porque libremente, tú, tú sigues a Jesús. Hay un Cielo para ti, créetelo amigo, y hay millones de almas buenas, sin pecado, por Cristo y su fe, que viven allí y vivirán contigo ETERNAMENTE, por los siglos, de los siglos, Amén. ¡No estás solo!, aunque ahora puedas sentir que eres tú solo quien sigue a Jesús de verdad, sin hipocresía; porque hay muchos católicos hipócritas, pero tú no eres hipócrita, tú, a veces, eres débil al pecado y pecas, pero te vas a confesar con humildad, dolor de tu pecado, y con propósito de no volver a pecar. ¡Santo! Tú eres santo; los santos en la tierra, son los que luchan contra sus pecados. Algunas personas luchan contra los pecados de los demás, sermoneándoles, juzgándoles, criticándoles, chismorreando de su mal, y esto no es la santidad; la santidad es que tú, tú, te ganes el cielo por tu fe y por obrar haciendo el bien sin mirar a quien, es decir, haciendo el bien a todos, es decir, hacer el bien por ser bueno, por amar a Dios sobre todas las cosas y personas.

¡Alegría!, te lo digo de verdad, hay ALEGRÍA en el Cielo, en el Reino de Dios. Millones y millones de almas buenas, viven felices y te esperan, como te espera Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Allí está la dicha sin fin. Vive pensando en este Nuevo Mundo que Dios ha prometido y es verídico. Tú, tú haces tu propio destino, y los demás que ven tu claridad de propósito, algunos como tú, seguirán a Jesús, siguen a Jesús. Ayuda a los que amas y no siguen a Jesús; ¿cómo? Siguiendo tú a Jesús, Dios.

No es fácil pero es posible; millones, antes que tú, lo han hecho; entonces, tú puedes, con la gracia de Dios, tú, tú puedes.

P. Jesús

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