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Evangelios febrero 2021 - 3. página

2 de febrero de 2021

Martes 2 de Febrero de 2.021

Tiempo Ordinario/4º -Fiesta de la Presentación del Señor

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 2, 22-35.39-40

Presentarte al Señor

22Así que se cumplieron los días de la purificación, conforme a la ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, 23según está escrito en la ley del Señor que <<todo varón primogénito sea consagrado al Señor>>,24y para ofrecer en sacrificio, según lo prescrito en la Ley del Señor, un par de tórtolas o dos pichones.

25Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba en él. 26Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Cristo del Señor. 27Movido del Espíritu, vino al templo, y al entrar los padres con el Niño Jesús, para cumplir lo que prescribe la ley sobre Él, 28Simeón le tomó en sus brazos, y, bendiciendo a Dios, dijo:

29Ahora, Señor, puedes ya dejar ir a tu siervo en paz, según tu palabra; 30porque han visto mis ojos tu salud, 31la que has preparado ante la faz de todos los pueblos, 32luz para iluminación de las gentes, y gloria de tu pueblo, Israel.

33Su padre y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de Él. 34Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: Puesto está para caída y levantamiento de muchos en Israel y para signo de contradicción; 35y una espada atravesará tu alma, para que se descubran los pensamientos de muchos corazones.

39Cumplidas todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a la ciudad de Nazaret.

40El Niño crecía y se fortalecía lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba en Él.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Presentarte al Señor

Preséntate al Señor; dile a Jesús que tienes vocación, que quieres servirle.

Llama al Seminario de tu Diócesis y pide una entrevista para hablar de tu posible vocación. Y ve, ¡ve!, sin miedo, porque ninguno es santo en este mundo, ni los que están en el Seminario, así que no te sientas inferior y preséntate humilde, como quiere Dios a los suyos: humildes, dispuestos a sufrir por el bien de todos; sufrir por dar buen ejemplo, por vencer tus concupiscencias, por consolar a los enfermos, a los que sufren, a los buenos y a los MALOS, también a los malos.

Dios vino al mundo para que los malos fueran buenos; y tantos malos se hacen buenos por amor a Dios, ¡tantos!; si yo te contara. ¡Ay, qué alegría!

Soy feliz.

P. Jesús

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