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Evangelios septiembre 2020 - 31. página

30 de septiembre de 2020

Miércoles 30 de Septiembre de 2.020

Tiempo Ordinario/26º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 9, 57-62

Uno que va a seguir a Jesús adonde vaya

57Siguiendo (Jesús y sus discípulos) el camino, vino uno que le dijo: Te seguiré adondequiera que vayas. 58Jesús le respondió: Las raposas tienen cuevas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza. 59A otro le dijo: Sígueme, y respondió: Señor, déjame ir primero a sepultar a mi padre. 60Él le contestó: Deja a los muertos sepultar a sus muertos, y tú vete y anuncia el reino de Dios. 61Otro le dijo: Te seguiré, Señor, pero déjame antes ir a despedirme de los de mi casa. 62Jesús le dijo: Nadie que, después de haber puesto la mano sobre el arado, mire atrás, es apto para el reino de Dios.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Uno que va a seguir a Jesús adonde vaya

¡Por ahí!, el camino hacia el Cielo, es por ahí.

“El hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.”, así, que si tienes casa, no es ese el camino. ¡Vamos!, que Dios quiere que seas pobre, es decir, que no tengas casa, eso si quieres seguirlo, eso para los sacerdotes; un padre de familia necesita casa, puede tener casa, aunque como San José, para proteger a Jesús de la muerte que quería darle Herodes, se fue con Jesús y María a Egipto, y allí no tenía casa; digo casa de propiedad. Y no sabía cuándo volvería a su hogar, a su país; sabía que volvería, porque el Ángel así le informó, pero no sabía cuándo; se le dijo que ya le avisaría; y San José creyó y esperó…

¿Tú esperas, aguantas tu situación actual, esa mala temporada en años que estás pasando?… San José lo hizo. Tú, ¿cómo lo llevas?…

Me he enterado que estás amargado, que lo llevas mal, muy mal, solo y sin amigos, en un lugar extraño, donde no se te quiere como se debería, porque, por tu fe vivida, comprobada por Dios, pareces un extraño.

Y, ¿por qué te ocurre esto hijo-a?… Vamos, dímelo, porque al decírmelo te darás cuenta de que formas parte de las mismas vivencias que vivió la Sagrada Familia; así que, empieza…

Dices que no encuentras lo que buscas y que has perdido lo que tenías… … …

Dices que pasan los años y que crees que Dios te ha abandonado…, que los amigos te han traicionado; y sobre la familia, que son malos contra ti, aunque con otros son buenos, pero que parece que a ti te tienen manía, y algunos, manía persecutoria; que para tus padres eres un desastre… Sí, eso me has dicho, lo he oído bien, eso de que para tus padres eres un desastre. Veamos qué dice la Real Academia de la Lengua Española sobre la palabra desastre.

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:
desastre
Persona con mala suerte, sin habilidad y llena de imperfecciones.

Puede que hayas tenido lo que llaman “mala suerte”; eso le ocurre incluso a los más listos, y a los más ricos. Pero el que no tengas habilidad en una cosa, no quiere decir que no la tengas en dos o tres otras cosas, incluso cuatro o cinco. ¿No fueron cinco los talentos?… Y en cuanto a tus imperfecciones, que dicen que tienes, piensa que a veces, los malos, llaman imperfección a la bondad. Eso tenlo en cuenta. Claro que también es cierto que NADIE es perfecto; por eso, llamar imperfecciones a tu falta de santidad, pues, podríamos aceptarlo; ¿lo aceptamos?… ¡vale!, lo aceptamos, pero además, haciendo honor a la verdad, Dios dijo que sólo Dios es perfecto, ¡santo!, así que tú eres un desastre en santidad, y los demás también, y puede que más que tú, o menos.

En cuanto a ser un desastre, pues, no sé, pero después de leer el significado y estudiarlo, me atrevo a preguntar que quién no lo sea en algo, que levante la mano.

Los padres, tienen miedo, y además algunos tienen prejuicios, son orgullosos y no saben perdonar; algunos padres se creen que eres vulgar y corriente, y quieren que se te lleve la corriente, sino, si te agarras a la fe, entonces, creen que eres un desastre, porque, mira, la fe, la fe es algo intangible, la fe no se puede contabilizar, ni te pagan dinero por ella, ¡otra cosa quizás!, porque a muchos santos les han dado de palos; ¿no serás tú uno de esos?…

A Dios, a Jesús, le pegaron; ¡vaya paliza que le dieron!

¡Lo mataron!

Tú, sí o sí, vas a morir, como todo el mundo, así que no te preocupe la muerte; mientras no mueras, ¡vive!, y vive consciente de que eres un desastre; ¡vamos!, que sí, que no todo lo haces bien, y en muchas cosas has fracasado, ¡COMO TODOS!, pero hay quienes tienen la argucia de contar su historia, la de sus fracasos, y poner a otros como causantes de la misma; porque ellos, ¡nunca hacen nada mal!; ellos, sin ser santos, son perfectos; eso dicen, y es más, ¡SE LO CREEN!

Ahora, vayamos al asunto; ¿y tú, realmente, qué crees de ti?… Quiero que lo medites, y mañana hablaremos de ello; porque tengo que darte una muy buena noticia, ¡eres fantástico-a!… ¡vaya!, me he adelantado. Pero no diré más, mis labios quedarán sellados hasta mañana, pero hoy sigue a Jesús; coge tus cosas y sigue a Dios, porque la vida va de fe, de las obras de tu fe; ¡mañana te contaré!

P. Jesús
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