Lunes 2 de Diciembre de 2.019
Tiempo Adviento /1º
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Evangelio:
San Mateo 8, 5-11 Dios va 5Entrando (Jesús) en Cafarnaúm, se le acercó un centurión, suplicándole 6y diciéndole: Señor, mi siervo yace en casa paralítico, atrozmente atormentado. 7Él le dijo: Yo iré y le curaré. 8Y respondiendo el centurión, dijo: Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo: di sólo una palabra, y mi siervo será curado. 9Porque yo soy un subordinado, pero bajo mí tengo soldados y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi esclavo: Haz esto, y lo hace. 10Viéndole Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: En verdad os digo que en nadie de Israel he hallado tanta fe. 11Os digo, pues, que del oriente y del occidente vendrán y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Dios va Cuando tú estás enfermo, debes pedir al sacerdote de tu parroquia que te lleve a Jesús, porque Dios, Jesús, va a los enfermos, y tú necesitas de Él, de Jesús, de Dios, que vivo está en la Comunión. Pídele a tu párroco que te traiga la Comunión, no calles esta necesidad de tu corazón, porque Dios está siempre dispuesto a ir allí donde le necesitan. Le llaman y viene. Que el sacerdote lleve a Dios a los enfermos. Tú, si estás enfermo, pídelo; puedes llamar por teléfono a la Parroquia y pedirlo, o que alguien, un familiar, un amigo, un vecino, vaya por ti a la Iglesia y lo pida en tu nombre. Si tienes un conocido que está enfermo, entonces pregúntale si quiere la compañía de Jesús, y dile que Dios siempre está dispuesto a ir a él. Dile que no molesta a nadie, que no se preocupe, que los sacerdotes saben bien que los enfermos necesitan de Dios. Y ve al sacerdote y pídele que lleve la Comunión al enfermo, y si es necesario, que le administre la Extremaunción, es decir, la Unción de los enfermos. Hijos de Dios, amados suyos, no penséis en que molestaréis, pensad en vosotros y pedid al sacerdote que lleve a los enfermos a Dios en la Comunión. Dios quiere ir; entonces, nadie puede impedir ese encuentro. P. Jesús |