Viernes 2 de Febrero de 2.018
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Evangelio:
San Lucas 2, 22-35.39-40 Los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén 22Así que se cumplieron los días de la purificación, conforme a la ley de Moisés, (los padres de Jesús) le llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, 23según está escrito en la ley del Señor que <<todo varón primogénito sea consagrado al Señor>>, 24y para ofrecer en sacrificio, según lo prescrito en la Ley del Señor, un par de tórtolas o dos pichones. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén Benditos los padres que bautizan a sus hijos. Evangelizad pidiendo a los padres que bauticen a sus hijos. La vida de la Gracia hace maravillas al que ha sido bautizado. No hay soledad para el que han bautizado. No sabéis nada de la soledad, de esta real soledad, donde no se mueve Dios Espíritu Santo, donde una persona vive en carne propia, la vida de la carne, sin la gracia santificante de la vida espiritual. Sin Dios, todo es pecado. Un bebé que no está bautizado, está viviendo en el pecado original, no conoce el bien espiritual, no sabe nada de la Gracia. Es como aquel que duerme sin poder soñar nada, porque no conoce nada bueno por lo que soñar, por lo que despertarse cada mañana. Lleva a tu hijo a bautizarse. Bautízalo católico, universal. Te propongo te dediques a preguntar a los padres de un bebé, si está bautizado católico. Cuando veas un bebé, acércate y diles a sus padres: “¿Está bautizado este bebé?… ¿Cuándo lo bautizaréis?” Estas dos preguntas pueden salvar un alma. Con respeto y audacia, la santa audacia de la fe. Y tú, sacerdote, entérate de los nacimientos de los hijos de los padres de la zona de tu parroquia, y los visitas o les escribes una felicitación por el nacimiento de su bebé, y les dices que cuando deseen bautizarlo, y siempre que quieran, estarás muy contento de recibirles. Y les pones el día o días y el horario parroquial. ¡No lo dejes en manos de nadie más que tú! Porque el sacerdote tiene unas gracias especiales que pueden conseguir lo inconcebible. ¡Dios confía en ti! Y en ti. P. Jesús © copyright |