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Evangelios enero 2018 - 3. página

2 de enero de 2018

Martes 2 de Enero de 2.018

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Juan 1, 19-28

Los sacerdotes, como Juan, dicen la verdad

19Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos desde Jerusalén le enviaron sacerdotes y levitas para preguntarle: Tú, ¿quién eres? 20El confesó y no negó; confesó: No soy yo el Mesías. 21Le preguntaron: Entonces, ¿qué? ¿Eres Elías? El dijo: No soy. ¿Eres el Profeta? Y contestó: No. 22Dijéronle, pues: ¿Quién eres? para que podamos dar respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo? 23Dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: <<Enderezad el camino del Señor>>, según dijo el profeta Isaías. 24Los enviados eran fariseos, 25y le preguntaron, diciendo: Pues ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta? 26Juan les contestó diciendo: Yo bautizo en agua pero en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis, 27que viene en pos de mí, a quien no soy digno de desatar la correa de la sandalia. 28Esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba. 

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Los sacerdotes, como Juan, dicen la verdad

Si vas a un sacerdote católico, como los judíos fueron a San Juan Bautista, él, el sacerdote católico, como Juan, te dirá la Verdad.

Ellos, los sacerdotes católicos, no son dignos, ni uno, de desatarle la correa de la sandalia a Dios, a Jesús.

El sacerdote es siervo de Jesús, de Dios. Es el sacerdote un apóstol, que da su vida para propagar el Evangelio, para vivir el Evangelio, para dar a conocer la Doctrina Católica.

El sacerdote se “esconde” a sí mismo, para que tú halles a Jesús, Dios.

El sacerdote, calla sus propias preocupaciones, no se queja nunca, porque él sabe bien que es sólo un instrumento Divino.

Ve al sacerdote, y déjate guiar por las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia Católica, que te simplifican el entendimiento de cómo vivir una vida santa.

Necesitas del sacerdote; ¿a qué esperas para acudir a su amparo?… Déjate ayudar por él, déjate guiar por él, porque él, el sacerdote católico, se preparó largos años para cumplir esta misión, para ti, para todos, para Dios. El buen sacerdote católico, sólo pretende ayudarte, ayudar a Dios, a Jesús, a que por Él, por Cristo, te salves.

Busca ayuda, refugio, esperanza y caridad, en las palabras de fe del sacerdote.

¡Qué buenos son los sacerdotes!, cuánto aman a Dios; cuánto te aman a ti.

Disfruta de la comprensión y la ayuda del sacerdote-s de tu Parroquia. ¡No estás solo, no estás sola!; en cada Parroquia del mundo entero, hay un sacerdote que te dirá lo mismo, en cualquier parte del mundo, para salvarte. Disfruta de la fe verdadera, compartida por un sacerdote bueno y fiel a la misma.

P. Jesús

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