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Evangelios noviembre 2016 - 2. página

1 de noviembre de 2016

Martes 1 de Noviembre de 2.016

Evangelio:

San Mateo 5, 1-12a

Las bienaventuranzas

Mat 5:1 Viendo Jesús a la muchedumbre, subió a un monte, y cuando se hubo sentado, se le acercaron sus discípulos;
Mat 5:2 y abriendo Él su boca, los enseñaba, diciendo:
Mat 5:3 «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos.
Mat 5:4 Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.
Mat 5:5 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Mat 5:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos.
Mat 5:7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Mat 5:8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Mat 5:9 Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Mat 5:10 Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque suyo es el Reino de los Cielos.
Mat 5:11 Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan y con mentira digan contra vosotros todo género de mal por mí.
Mat 5:12a Alegraos y regocijaos, porque grande será en los cielos vuestra recompensa».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Las bienaventuranzas

Tú bien conoces a muchos que son infelices, que van amargados por la vida, y amargan a los demás por su infelicidad. Y son personas que han luchado y luchan, sin importarles nada más que adquirir su propia felicidad, aun dañando a otros.

Te lo digo, ¡nadie puede ser feliz, si daña a otra persona!  

Las bienaventuranzas están cargadas de dolor, por renunciar al mal y aceptar el bien, que es el amor. ¿Y no es renuncia, el amor? Sí, lo es, renunciar a devolver mal por mal. ¿A ver si eres capaz de eso?, de renunciar a devolver mal por mal. Este mes os hablaré claro del mal, para que conociéndolo, cuando os venga la tentación, en la ocasión de devolver mal por mal, hagáis como Dios, Jesús, que pasó haciendo el bien, siempre, y ahora es feliz en los Cielos, siendo el que es, Rey de los mismos, Señor del mundo, porque los malos padecerán para siempre en el Infierno, y sólo los buenos quedarán para poblar este Nuevo Mundo, donde Cristo reinará, y no habrá opresión ni angustia, ni dolor, ni llanto, ni enfermedad alguna, más bien la alegría será la compañera del nuevo hombre, éste que se reviste de paz, aun teniendo que soportar el dolor, por el mal de muchos, que no pasarán a la historia, que irán a vivir en la oscuridad de las llamas, que consumen en la soledad de estar completamente solo. ¡Eso si que es dolor!, y no el vencerse a sí mismo para dar bien por mal; hay el sufrimiento propio de luchar contra esa inclinación que tiene el hombre, desde que Adán y Eva pecaron, pero vencido el mal que cada uno tiene, llega la paz de Dios a visitar los corazones de los bienaventurados.

Tú, vas a vivir en el Reino, del reinado de Cristo Rey. ¿Quieres? Sí, sé que quieres, por eso eres uno de los bienaventurados. Gracias hermano-a, porque por ti, muchos quieren ser como tú eres. Dios te lo pague. ¡Y lo hará!

P. Jesús

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