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9 de septiembre de 2021

Jueves 9 de Septiembre de 2.021

Tiempo ordinario 23º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 6, 27-38

Amad a vuestros enemigos

(Dijo Jesús a sus discípulos): 27Pero yo os digo a vosotros que me escucháis: amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, 28bendecid a los que os maldicen y orad por los que os calumnian. 29Al que te hiere en una mejilla, ofrécele la otra, y al que te tome el manto, no le impidas tomar la túnica; 30da a todo el que te pida y no reclames de quien toma lo tuyo. 31Tratad a los hombres de la manera de que vosotros queréis ser de ellos tratados. 32Si amáis a los que os aman, ¿qué gracia tendréis? Porque los pecadores aman también a quienes los aman. 33Y si hacéis bien a los que os lo hacen, ¿qué gracia tendréis? También los pecadores hacen lo mismo. 34Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué gracia tendréis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir de ellos igual favor. 35Pero amad a vuestros enemigos, haced bien y prestad sin esperar nada, y será mucha vuestra recompensa, pues seréis hijos del Altísimo, porque Él es bondadoso para con los ingratos y malos. 36Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso. 37No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; absolved y seréis absueltos. 38Dad y se os dará; una medida buena, apretada, colmada, rebosante, será derramada en vuestro regazo. La medida que con otros usareis, ésa será usada con vosotros.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Amad a vuestros enemigos

Tú que escuchas a Jesús, tú que necesitas de paz en tu vida, porque te están haciendo la guerra; quieren que saques las armas para empezar una lucha encarnizada y vencerte, reduciéndote a nada; y tú no eres nada, ¡tú eres hijo de Dios! Pagó el mismo Dios un gran rescate. ¡Levanta tu cabeza y lucha con las armas de la fe! ¡Haciendo el bien sin mirar a quien! Eso no tiene que importarte: a quien haces el bien. Tú, te apartas del malo y haz el bien sin mirar a quien, como hizo Jesús, que murió por todos, que habló para todos, buenos y malos, ricos y pobres, sanos y enfermos; y todo aquel que quiere, lo sigue: ¿Tú quieres seguirlo? Sí, sé que sí. Pues la primera norma de la caridad es hacer el bien sin mirar a quien. ¡Apúntatela! ¡Cúmplela! Y vive con la despreocupación de quien tiene su deber cumplido: Bondad. Se empieza con la bondad, se continúa con la mortificación y el sacrificio, y se sigue con el ayuno y el darlo todo por Dios: ¡Todo! Y Todo ello, cada paso, cada norma, envuelta en y con el bálsamo de la oración y cubierta por tus lágrimas, derramadas al pie de la Cruz de Cristo en compañía de la Virgen María. ¡Que no llore nuestra Madre bendita! ¡Que no llore María! Haz el bien sin mirar a quien.

¡Alegría del cristiano es ser bueno y hacer el bien siempre! Nadie puede quitarte la alegría de tu bondad cumplida: ¡Nadie! Ni calumnias, ni persecución, ni dolor alguno que puedas pasar, porque la bondad es el más alto honor de un fiel servidor a Cristo, a Dios, porque la bondad sale del mismo Sumo Bien, que estando en ti, obra maravillas. Uno sólo puede ser siempre bueno, si vive en Gracia de Dios. ¡Vive con Dios y alegra tu corazón con el Vino de la Eucaristía, y sacia tus penas y pesares con el Pan de la Comunión: Dios contigo! Vive, ¡Viva!

P. Jesús

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