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9 de octubre de 2018

Martes 9 de Octubre de 2.018

Tiempo Ordinario /27º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 10, 38-42

Marta y María

38Yendo (Jesús), de camino entró en una aldea, y una mujer, Marta de nombre, le recibió en su casa. 39Tenía ésta una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. 40Marta andaba afanada en los muchos cuidados del servicio, y, acercándose, dijo: Señor, ¿no te preocupa que mi hermana me deje a mí sola en el servicio? Dile, pues, que me ayude. 41Respondió el Señor y le dijo: Marta, Marta, tú te inquietas por muchas cosas; pero pocas son necesarias, o más bien, una sola. 42María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Marta y María

Dos hermanas que vivían juntas y no se comprendían. Marta estaba afanada en sus cosas, y María en la plegaria; vivían juntas y ¿se sentían solas? Ambas necesitaban a Dios, y ambas lo amaban con todo su corazón, pero una, necesitada de la contemplación, y otra, de la acción de servir al Señor; porque si Marta estaba afanada ese día, era porque quería agasajar al Señor, cuidarle, servirle buen alimento; y María, quería el alimento de Dios, ¡el agua viva!

Dos que tienen la misma fe y se sienten solos. Incluso esto puede pasar a dos buenos esposos, que uno es activo en su fe, y el otro es espiritual en esa misma fe, y uno no comprende al otro, y se regañan, y en vez de unirles el amar al mismo Dios, los separa el enfoque de su fe.

Hay que tener comprensión, hay que saber que no todos tienen el mismo temperamento, y que esto no es malo, sino que es la realidad del ser humano.

La soledad es terrible, y es porque no se respeta la libertad de los demás. Marta creía que lo más importante era la comida, el cuidado de la casa, y quería inculcarle a María, su hermana, su visión. No se comprendían, y además, Marta se quejó a Dios, queriendo así que, por Dios, María cambiara su actitud, su manera de ser. Pero recordemos que ambas, unidas en la fe, las dos, sufrían la muerte de su hermano Lázaro. A veces tienen que pasar cosas, para que los de una misma casa, se unan por su misma fe.

No dejes solo al que no es como tú, siempre respétalo, y deja que cada quien, cumpla con su misión; uno será contemplativo, y otro, de acción, pero sobre todo y ante todo, CARIDAD. La caridad nos hace comprender a los demás.

P. Jesús

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