Sábado 9 de Noviembre de 2.024
Tiempo Ordinario 31º – Fiesta de la dedicación de la Basílica de Letrán
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Evangelio:
San Juan 2, 13-22
Los vendedores
13Estaba próxima la Pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. 14Encontró en el templo a los vendedores de bueyes, de ovejas y de palomas, y a los cambistas sentados; 15y, haciendo de cuerdas un azote, los arrojó a todos del templo, con las ovejas y los bueyes; derramó el dinero de los cambistas y derribó las mesas; 16y a los que vendían palomas les dijo: Quitad de aquí todo esto y no hagáis de la casa de mi Padre casa de contratación. 17Se acordaron sus discípulos que está escrito: <<El celo de tu casa me consume>>.18Los judíos tomaron la palabra y le dijeron: ¿Qué señal das para obrar así?
19Respondió Jesús y dijo: Destruid este templo y en tres días lo levantaré. 20Replicaron los judíos: Cuarenta y seis años se han empleado en edificar este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? 21Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. 22Cuando resucitó de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.
Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)
«Palabra del Señor»
«Gloria a ti Señor Jesús»
Meditación:
Los vendedores
Siguen algunos vendiendo en el Templo, muchos se venden a sí mismos y dejan la fe, otros venden ilusiones de fe a la carta, evitando los dogmas y proclamando que Dios no castiga; y Dios castiga, también en esta vida, no sólo en la otra recibe uno de Dios sentencia; en la otra vida, la sentencia es definitiva, en esta, es un regaño paternal, para que quien obre mal, cambie de conducta y decida unirse a la gracia santificante que se recibe por usar de los sacramentos y la oración y cumplir con los mandamientos, aceptando la mortificación.
Dios no quiere que se venda a cambio de la fe, por la fe, en la Casa de Dios. Pero muchos siguen haciendo oídos sordos, y son ciegos, guías de ciegos.
Dios no quiere lastimarte con su látigo, pero si sigues queriendo hacer comercio con la fe, vas a recibir algunos azotes, porque no se puede vender la fe a mejor precio que otros; la fe es una, la fe es seguir a Cristo y cargas con tu cruz y además, si eres consagrado, eres capaz de llevar la cruz de otros, ayudado por el mismo Dios, Jesús, que cargando con su Cruz, lleva la tuya y la de todos.
¡No hay nadie como Dios!, Dios lo ha dado todo por ti. Acéptalo y vive la fe, propagando el Evangelio, aceptando la maldad y obrando siempre con caridad, como hizo Jesús, Dios.
P. Jesús
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