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9 de marzo de 2020

Lunes 9 de Marzo de 2.020

Tiempo Cuaresma/2º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 6, 36-38

Como vuestro Padre

(Dijo Jesús a sus discípulos): 36Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso. 37No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; absolved y seréis absueltos. 38Dad y se os dará; una medida buena, apretada, colmada, rebosante, será derramada en vuestro regazo. La medida que con otros usareis, ésa será usada con vosotros.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Como vuestro Padre

Es cierto, es verdad todo lo que dice el evangelio; y en el evangelio de hoy, nos dice Jesús, Dios, cosas maravillosas.

Hablemos de la misericordia…

Bueno, empecemos primero por algo más fácil, que si lo practicas bien, te llevará a subir rápidamente el escalón de la misericordia.

Ahora te lo digo, no seas impaciente, pronto sabrás eso tan fácil de hacer, que te puede llevar a la santidad; aquí te lo digo: practica la libertad. Sí, eso es fácil, ¡claro que sí!; no me seas pesimista, ¡va! Primero tienes que saber quién eres y qué quieres; fácil. Eres hijo de Dios, y quieres tu salvación. Pues con esta meta en tus pensamientos y corazón, eliges tu libertad de acción; decides lo que quieres hacer y lo que no. Fíjate que te he dicho lo que quieres hacer y no he dicho lo que vas a hacer, porque, del querer al hacer, hay la tentación; ¡ni uno se escapa de la tentación! Ni tú, ni tu enemigo o amigo, o familiar o cónyuge o hijo, o jefe o compañero de trabajo: ¡Todos somos tentados! ¡TODOS! Qué pena, ¿no? sí, da pena que seamos tentados, y lo somos no sólo por el Diablo, sino por nosotros mismos, y más, si no tenemos claro lo que somos, lo que queremos llevarnos al otro mundo. Luego, nos tienta el mundo, sobre todo, las palabras o ejemplos de personas, que a su vez, ¡como tú!, son tentadas. ¡Ahí ya se ha armado el zafarrancho! Sí, porque nos enfadamos con ellos si, al seguirlos, las cosas no nos van bien, y si recibimos su mal, por haber caído ellos en la mala tentación; entonces, eso es el zipizape, porque entra el orgullo herido, la dignidad maltratada, su falta de respeto, las ganas de venganza, el odio, el rencor, porque ¡nos están tentando! Nos tientan a enfadarnos, a odiar, a maldecir. ¡Calla, calla, cuántas barbaridades se hacen y hacen! Paz. Y eso, que aún no había hablado de Satanás, sólo había hablado de la tentación de nuestra carne y la del mundo, pero viene el peor de todos, a unirse al clan de los miserables, el más miserable de todos, más que tú y los demás: ese es Satanás. ¡Tachán! Eh aquí el culpable de los culpables, el padre de la mentira, el nefasto, el engañoso, el cruel, el que no sabe amar, y despreció al Amor. ¿Se puede esperar algo bueno de él? No. Pues siendo así, hijo, hija, no te enfades nunca por el mal uso de la libertad de los demás, porque ése, el Maligno, el nombre sin Dios: Satanás, ése ha estado y está, tentando por ahí, y por aquí… Sí, también contigo, para que no quieras practicar la libertad, la tuya, ni respetar la de los demás, aunque sea, en ellos, el mal que te dan. ¡Respétalos, mujer, hombre!; respétalos y no los juzgues, porque ya Dios, Jesús, juzga a todos a su hora; y en tu libertad, practica la misericordia y reza por esos que te han clavado un cuchillo en la espalda. Sí, he dicho la espalda, no he dicho el corazón, porque en tu corazón, debes tener a Dios, si vives tu libertad. Así que, bien, te han rajado la espalda, ¿y qué?, a Jesús también.

P. Jesús
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