Martes 8 de Marzo de 2.016
Evangelio:
San Juan 5, 2-3a.5-16 Jesús cura al enfermo de la piscina Joh 5:2 Hay en Jerusalén, junto a la puerta Probática, una piscina llamada en hebreo Betzata, que tiene cinco pórticos. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Jesús cura al enfermo de la piscina Tu padre, tu madre, te necesitan, no pueden bajar solos a la piscina, a curarse de sus enfermedades. Ve, como hizo Jesús, y aunque sea sábado, tu día de descanso, ve a ayudarle a sanarse, a salvarse, porque verte le da mucha felicidad; aunque gruña y parezca que con palabras te maltrate, piensa que la vida lo está maltratando mucho también; tú, su amado hijo, su amada hija, no estás a su lado, y, ¿qué es de un padre sin sus hijos? Aunque tenga ese carácter, que dices que es insoportable, piensa que eres carne de su carne, y sin ti no vive bien. Ve a verle, ocúpate de él, de ella; sé bueno, sé buena, estamos en cuaresma. Acepta su carácter y reza más por él, por ella. Haz un sacrificio agradable a Dios, y ve a tu padre, a tu madre, y llévalo a la Iglesia; pide a Dios por ellos porque, como el enfermo que estaba cerca de la piscina y no tenía a nadie para ir a curarse, tu padre, tu madre, aunque se creen sanos, tú sabes que necesitan del Agua Viva; ve a verles y dáles de beber de tu fe, por las obras de la misma. ¡Enséñales! P. Jesús © copyright |