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7 de septiembre de 2020

Lunes 7 de Septiembre de 2.020

Tiempo Ordinario/23º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 6, 6-11

Se llenan algunos de rabia y discuten entre sí para ir contra ti

6Otro sábado, entrando (Jesús) en la sinagoga, enseñaba; y había allí un hombre que tenía una mano seca. 7Le observaban los escribas y fariseos para ver si curaría en día de sábado, a fin de tener de qué acusarle. 8Él, que conocía los pensamientos suyos, dijo al hombre de la mano seca: Levántate y ponte en medio. El, levantándose, se quedó en pie. 9Díjoles Jesús: Voy a haceros una pregunta: si es lícito hacer bien o mal en sábado, salvar una vida o perderla. 10Y dirigiendo su mirada a todos ellos, les dijo: Extiende tu mano. Él lo hizo, y su mano quedó sana. 11Ellos se llenaron de furor, y trataban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Se llenan algunos de rabia y discuten entre sí para ir contra ti

Tú, que haces el bien, imitando a Jesús; de ti están hablando y haciendo planes para ir contra ti, como lo hacían con Jesús.

¿Cuándo aprenderán que sólo pasa lo que Dios quiere, lo que Dios permite? Y a Jesús no lo apresaron porque no era su momento; cuando fue su momento, Dios lo permitió, pero mientras no fue su momento, no pudieron nada contra Él. Y cuando pudieron, seguían la voluntad de Dios, que para salvar a los hombres, Dios tenía que morir, y necesitaba de un asesinato, porque así moriría la víctima inocente de la que se hablaba en la Sagrada Biblia.

Todo está controlado y previsto, la muerte. Vemos también en la historia de Job, que Dios permitió que, menos la muerte, el Diablo podía hacerle cualquier cosa, pero la muerte es cosa de Dios; es decir, decidir el final de la vida, es cosa de Dios. Ahora me dirás que por qué permite Dios el aborto; y yo te diré que Dios da permiso a la muerte porqué, en el momento en que muere una persona, es en su mejor momento, y según esto, los abortados no tendrían nunca en su vida un buen momento, mientras no cambien las leyes, y sus madres sigan siendo unas asesinas asistidas por el dinero de los contribuyentes. Y ahora me dirás por ese amigo tuyo que tuvo un accidente, y el otro que se murió de enfermedad. Sí, tienes razón, la gente muere, las personas mueren, y tú vas a morir también, de esto no hay duda. Trabaja ahora que tienes vida, y aunque, por tu trabajo, se reúnen esos que tienen rabia contra ti, como la tenían contra Jesús, porque tú, como Jesús, ayudas a las personas, sea en sábado o en domingo, y en todo momento, mientras esos disfrutan de la vida, sin hacer ningún acto de caridad, y por eso tienen rabia de ti, de que tu vida sea útil a los demás y que te lo agradezcan tantos, te agradezcan tus servicios desinteresados; pues, esos que también dicen tener fe, igual como los escribas y fariseos, hipócritas, van a ir a por ti, van a hacer planes y discuten entre sí para ir contra ti.

¡Qué risa!, me parece a mí oír el murmullo de multitud de ángeles alrededor de esas personas amigas de Dios, a las que les han puesto día y hora para “¡cortarles la cabeza!”, con esas nuevas maneras de sacar de enmedio a los que estorban por curar en sábado; pero nada podrán contra ti, hermano, porque hay un Dios que te ama y vela por tu vida. Posiblemente, otras muchas cosas sí que podrán hacerte, pero acabar contigo, darte la muerte, pues eso no lo deciden ellos, sino Dios mismo, que en cuanto reclama tu alma, esta sale del cuerpo; y ¿por qué la reclama apoyado en la muerte?, bueno, así hace las cosas Dios, porque cuando uno ya ha hecho todo lo que tenía que hacer en este mundo, lo haya hecho bien o mal, entonces es hora de regresar al Padre que tanto lo ama, por el que vino a la vida, para obedecerlo y servirlo, amando a todos hasta que duela.

No temas a que te maten, si Dios no quiere; puede que te crucifiquen, eso no lo niego, pero el último suspiro tuyo está decidido por Dios mismo.

Pido al Buen Dios que toque los corazones de tus enemigos, esos que no quieren que sigas haciendo el bien, ni en sábado ni en martes, sino que quieren que calles porque no les gusta tu voz; y no es que quieran hablar ellos, sino que desean el silencio, para que así nadie sea mejor que ellos, porque se creen “el no va más”; ¡locos!, ciegos, guías de ciegos, que tropiezan aquí y allá, y que poco saben de historia, aún teniendo quizás el título de la misma, adquirido en la universidad, pero no han aprendido nada de lo que saben, porque de haberlo aprendido, no estarían en el bando de los malos, allí donde siempre son traicionados.

La vida paga siempre. Veremos cómo sigue todo esto, hay tiempo, hay años y vida para que los que ahora se ríen, luego lloren desconsolados, amargados de su vida, traicionados por esos que ahora están con ellos y se unen entre ellos, llenos algunos de rabia y discuten entre sí para ir contra ti.

¡Calma!, ¡Paz!, ora en tu dormitorio, y sal sonriente a la calle, porque Dios ha mandado a sus ángeles para guardarte de todo mal. ¡Aún no ha llegado tu hora de la muerte!

¡Vive!

P. Jesús
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