Miércoles 7 de Septiembre de 2.016
Evangelio:
San Lucas 6, 20-26 Bienaventurados los pobres Luk 6:20 Jesús, levantando sus ojos sobre los discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Bienaventurados los pobres A veces, las pruebas de la vida, son pasar por temporadas de pobreza, en las que falta lo necesario para vivir. Los que llegan justos a fin de mes, no son pobres. Los pobres son los que no tienen lo que necesitan para vivir o para desarrollarse, o tienen muy poco o están escasos de algo. Vivir en la miseria, es no tener nada, prácticamente nada. Dios, Jesús, llama bienaventurados a los que les falta lo necesario para vivir; Dios ama a los pobres y les entrega la felicidad espiritual del que obra siempre con rectitud de intención, cumpliendo los 10 mandamientos de la Ley de Dios, aun cuando son pobres; es más, que todo y siendo pobres, no piensan en hacer el mal o lo malo, sino que luchan por el bien. Todos pasan por la pobreza, porque los hijos, antes de ganarse la vida con su trabajo, viven la pobreza, y son sustentados por sus padres y/o familiares. Dios llama bienaventurados a los pobres, porque la pobreza es una situación que puede ser sobrellevada con dignidad, la dignidad de ser bueno y hacer el bien, con no gastar más de lo justo y necesario, con aceptar abstenerse incluso de lo lícito, como hizo tantas veces la Sagrada Familia de Nazaret. Acepta la pobreza que viene, no por la holgazanería, o la codicia o el despilfarro, sino por las circunstancias de la prueba, de probar el carácter, de formar un corazón valiente en las contrariedades de la vida, ¡que hay!, y nos tocan a todos en algún momento de la misma. No mires mal a los pobres, porque hay hijos que, siendo pobres, no viven la pobreza, porque sus padres tienen dinero. El verdaderamente feliz, el bienaventurado, es el que es útil a los demás con su trabajo, con su labor u oración, aunque sea pobre. Antes de casarte, procura formarte profesionalmente para poder afrontar las pruebas que la vida te pondrá. Y confía en Dios, en Jesús, el Mesías, el Rey de reyes, el que puede ayudarte en todo, y siempre dijo a todo el que se le acercaba; “¿Qué quieres de mí?”. Díselo con total confianza, es el Rey, es Dios, tu Dios. P. Jesús © copyright |