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7 de octubre de 2022

Viernes 7 de Octubre de 2.022

Tiempo ordinario/27º – Bienaventurada Virgen María del Rosario

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 1, 26-38

La anunciación de Jesús

26En el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,27a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28Y presentándose a ella, le dijo: Salve, llena de gracia; el Señor es contigo. 29Ella se turbó al oír estas palabras, y discurría qué podría significar aquella salutación. 30El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, 31y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. 32EL será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, 33y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin.

34Dijo María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón? 35El ángel le contestó y dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios. 36E Isabel, tu pariente, también ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el mes sexto de la que era estéril, 37porque nada hay imposible para Dios. 38Dijo María: He aquí a la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y se fue de ella el ángel.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La anunciación de Jesús

“Ella se turbó al oír estas palabras, y consideraba qué podía significar este saludo”, dice el evangelista que escribió el pasaje.

María, nuestra bendita Madre bonita, y lista. Hoy, que se estila la rapidez en contestar, esta llamada espontaneidad, que tantos alaban, y es abrir las puertas de tu pensamiento a quien quiera; y entonces, ¿qué te queda para ti, si expones tus dudas, si expones tus meditaciones en voz alta?: nada. Eres un ser manipulable, influenciable, sin respeto, sin norte, sin el don de discernimiento.

Si vas diciendo tus cosas en voz alta, te van a contestar a ellas, y ya no meditarás tú, sino que necesitarás siempre de alguien que te diga lo que debes hacer; y si lo comentas a más de uno, que así suele suceder, cada uno te dirá su opinión, y ninguna es la tuya.

María hizo la suya, Ella sola decidió qué hacer con su vida, con su cuerpo; y aceptó al Hijo que Dios mismo le ofrecía, para el bien suyo y de todo el mundo; porque María, sin Jesús, sin su Hijo Dios, ¿estaría salvada?, ¿viviría en el Cielo?; ¿qué hubiera sido de Ella?

Si no hubiera aceptado plenamente y consecuentemente tener ese Hijo, ¡Cristo!, ¡el Mesías!, hubiera pecado, como pecó Eva, porque no se puede renunciar ¡Jamás! a la paternidad.

Pero, bendita es María, porque consideró el saludo del Arcángel, porque tuvo en cuenta la decisión de Dios, de darle un hijo, ¡Su Hijo!…

Y, cuando evitas a los hijos sin motivos graves, y por medios artificiales o naturales, pudiendo decir sí a la paternidad de Dios, que quiere que otra alma, otra persona, nazca del amor con que vives tu relación esponsal con tu cónyuge, bajo el contrato, la promesa matrimonial de estar siempre abiertos a la vida, y que por eso se casa un hombre y una mujer, para tener descendencia, para poblar la tierra, para dar fruto de su amor en cada uno de los dos y en Dios que ama a cada uno. ¿Por qué lo haces? ¿Por qué no imitas a María y consideras la oferta de Dios?… ¿Quién piensa por ti?, ¿Qué piensa por ti: tu corazón o tus instintos de reproducción, de los que disfrutas usándolos pero sin estar abierto a la vida? Eres una hija de María, eres un hijo de María, pero dices NO a la vida. ¿Por qué?…

El futuro siempre es incierto, ¡siempre! Así que no pongas como excusa el futuro. Por no saber, no sabes cuándo morirás tú o tu cónyuge, y si muere uno de los dos, no habrá ya hijos que dar al mundo. Pero piensas que no es tan fácil morir; que hay medicinas, que hay oportunidades para tener una vida algo digna; entonces, ¿no tienes miedo al futuro? Si crees que puedes vivir y afrontar tu vida, ¿por qué no piensas que un hijo tuyo pueda hacer lo mismo que haces tú? Ya sé, ya sé, la cultura actual se ha empeñado que los padres mantengan a sus hijos hasta pasados los 35 años, y, ocuparte de varios hijos hasta esta edad, resulta difícil de sobrellevar la titánica tarea, pero… ¿Es que no piensas que ellos pueden ser mayores a los 12 años, como lo fue Jesús, que a esa edad lo presentaron al templo?… Pongamos a los 18 años, que es la edad legal para considerarlos fuera de la responsabilidad de los padres; entonces, ¿por qué algunos hijos se independizan de las opiniones de sus padres a esta edad, o antes, pero para pagar sus gastos acuden a ellos; y si no les ayudan económicamente, van diciendo por ahí que son unos malos padres?… Comprendo… comprendo que has pensado muchas veces en voz alta, y muchos te han contestado a lo que tú tenías que haber hecho como Santa María, la joven niña judía, que consideró lo que podía significar el saludo del Arcángel.

Y a ti, si alguien te dijera: No temas, …, porque has hallado gracia delante de Dios, que confía en ti para entregarte una nueva vida, para ser madre, ser padre…

¿Véte a saber lo que Dios Padre quisiera que hiciera tu hijo, de dejarlo tú nacer?

Eso también lo puedes considerar en tu corazón.

Amaos esposos, no tengáis miedo, porque el que dice “sí” a Dios, hace como María, y María sufrió, pero su hijo salvó al mundo. ¿Qué puede llegar a hacer Dios con un hijo tuyo?

Piénsalo. Di “sí” a Dios, dedícate a ello, ha hacer la voluntad del que te salvó de esta oscuridad. ¡Abre la Luz!, ¡No vivas a oscuras, cuando ya nació el Salvador, tu Señor: el Mesías, el Hijo de Dios y de la Virgen María!

P. Jesús

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