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7 de febrero de 2021

Domingo 7 de Febrero de 2.021

Tiempo Ordinario/5º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Marcos 1, 29-39

Jesús visita la casa del sacerdote

29Luego, saliendo (Jesús) de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Santiago y Juan. 30La suegra de Simón estaba acostada con fiebre, e inmediatamente se lo dijeron.31Él, acercándose, la tomó de la mano y la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.

32Llegado el atardecer, puesto ya el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados, 33y toda la ciudad se reunió a la puerta: 34curó a muchos pacientes de diversas enfermedades y echó muchos demonios, y a éstos no les permitía hablar, porque le conocían.

35A la mañana, mucho antes de amanecer, se levantó, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. 36Fue después Simón y los que con él estaban, 37y, hallado, le dijeron: Todos andan en busca de ti. 38Él les contestó: Vamos a otra parte, a las aldeas próximas, para predicar allí, pues para esto he salido.39Y se fue a predicar en las sinagogas de toda Galilea, y echaba los demonios.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Jesús visita la casa del sacerdote

¿Qué hay en tu casa, sacerdote amigo?; Jesús viene, y si necesitas consuelo, ayuda, ¡ánimos!, ¡cuenta con Él!; usa tú también de los sacramentos, por esto Dios enviaba a los suyos de dos en dos, porque no quiere que nadie se quede sin confesión; ¡hay que confesarse!, también los sacerdotes necesitan limpiar su alma y recibir el perdón de Dios, en confesión.

Es muy agradable a los ángeles, ver dos o más sacerdotes amigos, ayudándose uno al otro a la santidad, viendo su paciencia y obras y palabras de caridad.

Sacerdote, no tengas mal humor, no tengas mal carácter, y si lo tienes, por favor, acude a confesarte, porque Dios quiere darte su alegría y su Paz, y la recibes cuando un sacerdote católico te da la absolución de tus pecados y faltas.

Necesitas vivir feliz, amigo sacerdote, y la felicidad está en la santidad.

Mi deseo para ti, es que Dios te haga santo, ¡amigo!

P. Jesús

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