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7 de enero de 2015

Miércoles  7 de Enero de 2.015

Evangelio:

San Mateo 4, 12-17.23-25

Que las tinieblas se llenen de Dios y haya luz

Mat 4:12 Habiendo oído Jesús que Juan había sido preso, se retiró a Galilea.
Mat 4:13 Dejando a Nazaret, se fue a morar en Cafarnaúm, ciudad situada a orillas del mar, en los términos de Zabulón y Neftalí,
Mat 4:14 para que se cumpliese lo que anunció el profeta Isaías, que dice:
Mat 4:15 “¡Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles!
Mat 4:16 El pueblo que habitaba en tinieblas vio una gran luz, y para los que habitaban en la región de mortales sombras, una luz se levantó.”
Mat 4:17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: Convertios, porque se acerca el reino de Dios.
Mat 4:23 Recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del Reino y curando en el pueblo toda enfermedad y toda dolencia.
Mat 4:24 Extendiéndose su fama por toda la Siria, y le traían a todos los que padecían algún mal, los atacados de diferentes enfermedades y dolores y los endemoniados, lunáticos, paralíticos, y los curaba.
Mat 4:25 Grandes muchedumbres le seguían de Galilea y de la Decápolis, y de Jerusalén y de Judea, y del otro lado del Jordán.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Que las tinieblas se llenen de Dios y haya luz

No sufras más en las tinieblas, ¡que todos dejen de sufrir viviendo en las tinieblas! Que se encienda en todo el mundo la Luz de la Fe Católica. ¡No escondas tu fe!, abre las ventanas de tu corazón y ama a todos, con bondad, dando siempre tu bondad por amor a Dios. Es decir, que venzas tus deseos de devolver mal por mal, o de hacer mal para ganar, y haz el bien SIEMPRE, por amar tú tanto a Dios, a Jesús, que quieras vivir siempre unido a Él, es decir, viviendo en Gracia suya, de Dios, que la vives después de confesarte, y la aumentas después de comulgar. ¡Sólo Dios puede dar luz, porque es la Luz!

Aprende a decidir las cosas tuyas, meditando solo y en oración de comunión con Dios. Cuando estás limpio de pecado, por haberlos confesado y haber recibido el perdón de Dios, tú puedes decidir tus cosas, las de tus hijos, tu cónyuge, tus padres, familiares, amigos, socios, clientes, jefes… ¡todo lo que te influye directamente o indirectamente!, bajo la buena influencia de tu unión con Dios.

Después de confesar, y en la Santa Misa, yendo a comulgar, en estos momentos, cuando has recibido a Dios, ¡no cantes!, mejor que hables con Dios, y le digas todo lo que necesitas y quieras; ¡adóralo!, y verás como tendrás paz, y las soluciones saldrán al encuentro de tu vida diaria. ¡Sólo necesitas de Dios!

Sé discreto en tus cosas, que a veces no salen como tú esperas, por haberlas comentado, y tantas veces tú mismo te creas enemigos, por contar tus cosas, tus proyectos, porque la envidia es una de las consecuencias del pecado original, y pocos no son envidiosos. Ayuda a los demás en su santidad, no contando tus proyectos, si ellos no pueden ayudarte a conseguirlos. Dios puede ayudarte en todo. Tú no te crees enemigos, y tendrás paz.

Te deseo un año lleno de paz. ¡Lo tendrás!

P. Jesús

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