Martes 6 de Septiembre de 2.022
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Evangelio:
San Lucas 6, 12-19 Dios dice tu nombre 12Aconteció por aquellos días que salió Él (Jesús) hacia la montaña para orar, y pasó la noche orando a Dios. 13Cuando llegó el día, llamó a sí a los discípulos y escogió a doce de ellos, a quienes dio el nombre de apóstoles: 14Simón, a quien puso también el nombre de Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé, 15Mateo y Tomás, Santiago el de Alfeo y Simón, llamado el Celador; 16Judas de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.17Bajando con ellos del monte, se detuvo en un rellano, y con Él la numerosa muchedumbre de sus discípulos, y una gran multitud del pueblo de toda Judea, de Jerusalén y del litoral de Tiro y Sidón, 18que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades; y los que eran molestados de los espíritus impuros eran curados. 19Toda la multitud buscaba tocarle, porque salía de Él una virtud que sanaba a todos. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Dios dice tu nombre La vocación te viene cuando Dios dice tu nombre. Aún las cosas de Dios, siguen haciéndose a su manera, a la manera de Dios, y ¿qué hizo Dios?; denominó a sus apóstoles. Cuando una vocación es meditada sólo por la mente, puede ser una falsa vocación a una vida sacerdotal o religiosa, porque cuando es de verdad, es que no puedes evitarlo sentirte atraído por ella; es como el joven que ama a una muchacha y cuyas familias están en riña, y, aún así, la ama y la desea por esposa, para sentirla suya, hacerla suya, vivirla cada día en su propio hogar, cara a todos y exigiendo respeto por su amor eterno. Así es la vida del consagrado, del que vive los amores de la religión, de amar a un sólo Dios, a Cristo, el Mesías. ¡Ánimo!, si Dios te ha nombrado, dile que sí y lucha por este amor apasionado, porque Dios habita en el corazón humano, donde hay la pasión, la fuerza del deseo. Dios contigo, multitud de ángeles te servirán, aliviarán tus pesares y prepararan tu camino de santidad, porque Dios dice tu nombre. P. Jesús © copyright |