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6 de noviembre de 2019

Miércoles 6 de Noviembre de 2.019

Tiempo Ordinario /31º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 14, 25-33

Necesidad de la abnegación para tomar la cruz

25Se le juntaron (a Jesús) numerosas muchedumbres, y, vuelto a ella, les decía: 26Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27El que no toma su cruz y viene en pos de mí no puede ser mi discípulo. 28¿Quién de vosotros, si quiere edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos a ver si tiene para terminarla? 29No sea que, echados los cimientos y no pudiendo acabarla, todos cuantos lo vean comiencen a burlarse de él diciendo: 30Este hombre comenzó a edificar y no pudo acabar. 31¿O qué rey, saliendo a campaña para guerrear con otro rey, no considera primero y delibera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? 32Si no, hallándose aún lejos de aquél, le envía una embajada haciéndole proposiciones de paz. 33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Necesidad de la abnegación para tomar la cruz

La cruz, esa cruz que tienes, sí o sí, quieras o no, porque no hay perfección en el mundo, porque aquí es para nosotros, los hombres, un lugar de prueba, donde todos somos protagonistas de nuestra historia, donde debemos, cada uno, coger las riendas de nuestro día a día, y hacer cada día, de nuestra vida, una obra maestra para el bien nuestro, porque, vamos a ver, ¿quién quiere una chapuza? Nadie, ni Dios.

A veces, hay quien se confunde, piensa que siendo Dios la Suma Bondad, no ve la realidad, y la bondad no tiene nada que ver con no ver claro; precisamente, si no se ve claro una cosa, un hecho, no puede entonces usarse el bien y la bondad, porque la bondad es la perfección, y la perfección se aplica en el bien, y para saber cuál es el bien de algo, hay que conocer este algo, esta persona, esta situación y circunstancia; por eso, hermanos, Dios es Bueno, porque además de ser Él perfecto, sabe sacar bien de todo, y saca bien de todo, cosa que pocos hacen en esta vida; a la que viene una prueba, o se esconde, o se encierra en su cuarto oscuro de la depresión humana, para no enfrentarse a dicha circunstancia, o arremete contra ella con lo primero que encuentra; y hablo de casi todo el mundo, es decir, de personas ilustres y con estudios, porque hay mucha teoría y, en la práctica, el miedo gana a la instrucción, o las palabras ajenas, esos que van diciendo por ahí que no vas a salir de ésta, y es porque tienen miedo de que no salgas o de que salgas de ella y les demuestres que sí que sabes hacer las cosas bien. Y ¡claro que puedes salir de ésta!, ¡y de todas! ¿Cómo? Cogiendo tu cruz con santa alegría, sí, eso he dicho, alegría, porque si hay cosa que no resiste el miedo, es la alegría de un corazón lleno de amor a Dios. Cuando en tu corazón tengas la osadía de llenarlo de Amor Verdadero, cuando las cosas de la vida, todas, incluso tu mismo cuerpo y alma, te sirvan para servir a Dios, entonces, ¡oye muchacho, no va a haber nadie que te “pare”!, porque lo peor de todo es pararse, es pasar del miedo al pánico, y allí, de allí, ya no hay quien te arranque, todo lo ves negro, todo lo ves imposible y difícil. Quiero hablarte de la Madre Teresa de Calcuta, mujer especialista en llevar la cruz, la suya y la de los demás: ¡ella sí que sabía lo que es la vida!, y lo primero que hacía era aceptar la vida como es; pero ¿tú la aceptas, o sigues con el síndrome de Peter Pan, o eres una persona yogur, o vas de dictador? Porque os diré que el miedo hace ir de dictador de los demás, por miedo a que no te dejen vivir tu vida, tu libertad, y por eso aplacas la suya con tus dictaduras; si aún consiguieras algo con ello, pero no se consigue otra cosa que vivir mal. Lo que sí que todos debemos sujetarnos, es bajo la ley natural, porque querer cambiar las cosas de cómo realmente son, es otra expresión del miedo, y Dios no quiere eso, Dios no quiere que tengas miedo, Dios pide que cargues con tu cruz y sigas el camino del bien, de lo natural, de vivir y dejar vivir, y sabiendo que dejar vivir, es aceptar la cruz de los demás, y que ese peso influirá en el tuyo; pues, eso, ¡a caminar!; nada de pararse, nada de asustarse, nada de dejar la fe, porque Dios puede incluso dominar lo natural; ¿cuántos milagros no hace Dios a diario? En estos días vas a ver unos cuantos de esos en tu vida, sólo hace falta un par de cosas. Ahora te las digo; que reces pidiéndolos, pidiendo a Dios esos milagros que quieres ver en tu vida, y que cargues con tu cruz, sin quejarte, y ayudes a llevar la cruz de otros, sin quejarte, porque los que se quejan, entran en el vacío, en la antesala del miedo. Y, ¿para qué quieres tener miedo, si tienes a Dios? Donde hay Dios, no hay miedo, porque Dios es Todopoderoso y además, te ama a ti, precisamente a ti, que vas muerto de miedo, pensando en que no vas a salir de ésta, pero ¡saldrás! Queda en paz, porque Dios te ha oído y tu causa es la suya. Acuérdate de mí, del P. Jesús, cuando en pocos días, recibas los milagros de tu fe, de tu unión con Dios, porque Dios te ama y va a venir a socorrerte; ¡ya viene!

P. Jesús
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