Martes 5 de Noviembre de 2.024
Tiempo Ordinario 31º
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Evangelio:
San Lucas 14, 12-14
Si te invitan ¿vas a una gran fiesta?
15Oyendo esto, uno de los invitados dijo (a Jesús): Dichoso el que coma pan en el reino de Dios. 16El le contestó: Un hombre hizo un gran banquete e invitó a muchos. 17A la hora del banquete envió a su siervo a decir a los invitados: Venid, que ya está preparado todo. 18Pero todos, unánimemente, comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado un campo y tengo que salir a verlo; te ruego que me des por excusado. 19Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes y tengo que ir a probarlas; ruégote que me des por excusado. 20Otro dijo: He tomado mujer y no puedo ir. 21Vuelto el siervo, comunicó a su amo estas cosas. Entonces el amo de la casa, irritado, dijo a su siervo: Sal aprisa a las plazas y calles de la ciudad, y a los pobres, tullidos, ciegos y cojos, tráelos aquí. 22El siervo le dijo: Señor, está hecho lo que mandaste, y aún queda lugar. 23Y dijo el amo al siervo: Sal a los caminos y a los cercados y obliga a entrar para que se llene mi casa, 24porque os digo que ninguno de aquellos que habían sido invitados gustará mi cena.
Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)
«Palabra del Señor»
«Gloria a ti Señor Jesús»
Meditación:
Si te invitan ¿vas a una gran fiesta?
La mejor fiesta a la que puedes acudir, es asistir a la Santa Misa; el Pan es Cristo y te alimenta para la vida eterna.
Invita tú a los demás a ir a Misa, y ve con ellos, y disfruta de la gran belleza de esta real fiesta, donde el Novio está presente y se entrega en la eucaristía, para que tu fe sea alegría.
Disfruta de ir a comulgar, disfruta de ir a Misa, disfruta de leer la Sagrada Biblia y de hacer obras de misericordia y caridad.
Dios te ve y te apoya, está contento de ti porque le has dicho que sí, que sí quieres tener fe y vivirla y propagarla y disfrutar de la dicha de los que no dudan, sino que tienen claro su futuro, el Cielo eterno.
María quiere verte feliz, contento, porque sabe que tu alegría es ir a Misa y comulgar, después de confesarte y de orar.
Ora, habla a Dios de las cosas que necesitas hablar con Él, sobre todo, háblale de la fe, de que te la aumente, te la preserve, y te haga propagarla con tus obras y palabras de caridad.
P. Jesús
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