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5 de abril de 2015

Domingo 5 de Abril de 2.015

Evangelio:

San Juan 20, 1-9

Era preciso que Él resucitara de entre los muertos

Joh 20:1 El día primero de la semana, María Magdalena vino muy de madrugada, cuando aún era de noche, al monumento, y vio quitada la piedra del monumento.
Joh 20:2 Corrió y vino a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo: Han tomado al Señor del monumento y no sabemos dónde lo han puesto.
Joh 20:3 Salió, pues, Pedro y el otro discípulo y fueron al monumento.
Joh 20:4 Ambos corrían; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al monumento,»
Joh 20:5 e inclinándose, vio los lienzos; pero no entró.»
Joh 20:6 Llegó Simón Pedro después de él, y entró en el monumento y vio los lienzos allí colocados,
Joh 20:7 y el sudario que habían estado sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino envuelto aparte.
Joh 20:8 Entonces entró también el otro discípulo que vino primero al monumento, y vio y creyó;»
Joh 20:9 porque aún no se habían dado cuenta de la Escritura, según la cual era preciso que Él resucitase de entre los muertos.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Era preciso que Él resucitara de entre los muertos

Murió Dios Hombre en la Cruz; dejó su corazón de latir, falleció; y al tercer día RESUCITÓ Dios; con su cuerpo trasformado, ¡Glorioso!, salió de su tumba.

Todos los que mueren, son juzgados por Cristo, Dios, y son sentenciados, a la vida eterna en el Reino de Dios, o a la vida eterna en el Infierno.

El bien o el mal, El Cielo o el Infierno; los muertos viven allí donde sus obras les llevan.

¿Cuáles son tus obras? ¿Dónde quieres ir a vivir cuando mueras?… Son preguntas importantes que debes hacerte, que es bueno que te hagas, y decidas y vivas con ello, sabiendo que Dios te ama y te quiere en el Reino de los Cielos, pero que tú y sólo tú, decides tu destino con las obras y palabras que haces y dices.

Si quieres ir al Cielo con Dios, sabes, o deberías saber, que Dios perdona tus pecados, si vas a confesarlos, si tienes fe en que Jesús es Dios, y que vino al mundo a darte la salvación; que sufrió y murió por tus pecados, por los pecados de todos, y que perdona siempre y cuantas veces haga falta; sólo tienes que bautizarte cristiano católico, tienes que cumplir con la doctrina católica, que contiene todas las enseñanzas de Cristo y se apoya en la Sagrada Escritura; debes confesarte siempre que peques, debes comulgar, debes cumplir con la Ley de Dios, con tu deber de estado, y vivir la fe con esperanza y caridad.

Tú, como todos, puedes ir al Cielo después de morir en paz, por una vida de amor a Dios y a tus semejantes.

Te deseo que elijas el Cielo, porque es la mejor opción, es la buena, es la única por la que vale la pena vivir. Confía en Dios, ten fe, y ámale sobre todas las cosas y personas; y al prójimo, ámalo como a ti mismo, pues es igual que tú, una persona que necesita de Dios, de su Amor y Misericordia, y que comete fallos y pecados que pueden ser perdonados, como los tuyos, si quiere, porque la confesión es un acto libre para los cristianos católicos; y ser bautizado cristiano católico, también es un acto libre, como el deseo de tener fe y pedirla a Dios Padre, en nombre de su Hijo Jesucristo.

P. Jesús

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