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4 de abril de 2016

Lunes 4 de Abril de 2.016

Evangelio:

San Lucas 1, 26-38

La anunciación de Jesús

Luk 1:26 En el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret.
Luk 1:27 A una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
Luk 1:28 El ángel, entrando le dijo: «Alégrate, llena de gracia; el Señor es contigo».
Luk 1:29 Ella se turbó al oír estas palabras, y discurría qué podría significar aquella salutación.
Luk 1:30 El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios,
Luk 1:31 y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
Luk 1:32 Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
Luk 1:33 y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin».
Luk 1:34 Dijo María al ángel: «¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón?»
Luk 1:35 El ángel le contestó y dijo: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios.
Luk 1:36 E Isabel, tu pariente, también ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el mes sexto de la que era estéril,
Luk 1:37 porque nada hay imposible para Dios».
Luk 1:38 Dijo María: «He aquí a la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y se fue de ella el ángel.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La anunciación de Jesús

Dios envió a su ángel Gabriel a María. ¿Es que María no tenía ángel de la guarda? Sí, era el mismo arcángel Gabriel.

A veces Dios habla con tu ángel de la guarda y le da explícitas órdenes para ti. No lo habitual, de rutina, para todo ángel custodio, sino que a veces Dios puede hacer peticiones extraordinarias, como el pedirte un voto, que hagas un sacrificio, que atiendas a una persona necesitada. ¿Es que esto no lo hace ya de por sí el ángel de la guarda? No. El ángel de la guarda te guarda, y cuando quiere Dios algo concreto, te lo envía de manera especial para que te pregunte en tu libertad; en cambio, el guardarte, es el encargo que ya tiene de por siempre, sólo que tantas veces no te dejas; ¿que no sabes lo que tienes que hacer? Creer. Creer en Dios y en que su Bondad debe ser también la tuya; si no eres bueno, si haces maldad, es que tú has cambiado de ángel, y ya no escuchas al Ángel bueno, sino a Lucifer. ¿Cómo sabrás con que ángel estás? Mira tus obras, y si en ellas falta la bondad, es que no dejas que tu Ángel te guarde. Déjale que te sirva, porque él, el ángel de la guarda, sirve a Dios al servirte a ti, y tiene el mismo poder espiritual que Lucifer y sus secuaces; sólo que el bien no es el mal; el bien es renunciar a pecar.

Haz como María y atiende a tu ángel de la guarda; conversa con él de las cosas de Dios; él, tu ángel de la guarda, conoce a Dios y está a tu total servicio y disposición. Es tuyo, es para ti. Acepta este regalo de Dios y no vayas diciendo que estás solo, que no tienes a nadie; tienes a tu ángel de la guarda. Háblale, pídele servicios y actos buenos; si pides cosas malas, el que te servirá es Satanás. Tú decides, tú eliges; elige el bien y estarás en el bando de los ganadores, de los que, como María, han ganado la dicha de ser amados eternamente y completamente por Dios.

Pónle un nombre a tu ángel, y ten un trato de amigos con él. Tú vas a salir ganando.

Vaya, me ha salido como un spot publicitario. Se nota que vivo la fe y quiero que tú la tengas también; porque te quiero y es gratis, porque es tu camino al Cielo y tu felicidad terrenal.

P. Jesús

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