Saltar al contenido

31 de octubre de 2016

Lunes 31 de Octubre de 2.016

Evangelio:

San Lucas 14, 12-14

Las sectas

Luk 14:12 Dijo Jesús a uno de los principales fariseos que le había invitado: «Cuando hagas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos, a su vez, te inviten y tengas ya tu recompensa.
Luk 14:13 Cuando hagas una comida, llama a los pobres, a los tullidos, a los rengos y a los ciegos,
Luk 14:14 y tendrás la dicha de que no podrán pagarte, porque obtendrás la recompensa en la resurrección de los muertos».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Las sectas

Hay sectas, que las llenan los que tenían en su interior los deseos de seguir la religión, pero ¡los han cazado los lobos!

Estas sectas se llevan a hijos de padres buenos. ¡Cuántas madres lloran por sus hijos, débiles en la fe!

Madres, no perdáis la esperanza, porque con ella, la oración, tu fe, y tus obras de caridad con todos, también con quien ha caído en el error, te dará Dios la paz y la paciencia para perseverar y conseguir el triunfo final, el de que el alma de tu hijo-a perdido-a, metido en sectas, se salve de su destino infernal; porque Dios tiene Madre, María, y Ella, bendita sea, es también la Madre de los perdidos, esos, que por la oración y tu vida de fe, van a recibir de Dios, por intercesión de la Madre de la Humanidad, la aceptación de su real libertad; y podrán desatarse de las sectas, y podrán tener una vida de verdadera piedad, que es adorar a Dios y amarle sobre todas las cosas y personas.

Dios sabe que, de una misma familia, salen hijos buenos, y por tanto, fuertes, y otros débiles; ¡no te preocupes madre!, Dios lo sabe, te comprende, y velan por ti y tu hijo-a, los Ángeles del Cielo, que esperan siempre que llegue el momento, ¡que llegará!, de devolver a tu hijo-a a la verdadera religión, a la fe que limpia el corazón de absurdos credos, y que a un pecador, lo viste de blanco, y puede ser santo.

¡Cuántos religiosos hay, que antes, vivieron el desliz de dejarse atrapar por una secta!; pero todo pecado puede ser reparado, todo pecador puede ser salvado; así lo dispuso Dios, bajo el sello de la Cruz, en la que murió Jesús.

P. Jesús

© copyright