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30 de julio de 2017

Domingo 30 de Julio de 2.017

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 13, 44-52

¿Buscas riquezas?

Mat 13:44 Dijo Jesús a las muchedumbres: «Es semejante el Reino de los Cielos a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta y, lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo.
Mat 13:45 Es también semejante el Reino de los Cielos a un mercader que busca perlas preciosas,
Mat 13:46 y, hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra.
Mat 13:47 Es también semejante el Reino de los Cielos a una red barredera, que se echa en el mar y recoge peces de toda suerte,
Mat 13:48 y, llena, la sacan sobre la playa, y, sentándose, recogen los peces buenos en canastos, y los malos los tiran.
Mat 13:49 Así será a la consumación del siglo: saldrán los ángeles y separarán a los malos de los justos,
Mat 13:50 y los arrojarán al horno de fuego; allí habrá llanto y crujir de dientes.
Mat 13:51 ¿Habéis entendido todo esto?». Respondiéronle: «Sí».
Mat 13:52 Y les dijo: «Así, todo escriba instruido en la doctrina del Reino de los Cielos es como el amo de casa, que de su arca saca lo nuevo y lo añejo».

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

¿Buscas riquezas?

En el corazón del hombre, de la persona, está la tendencia a querer lo mejor para él, por eso la persona busca prosperar en la vida, y esto es bueno, mientras no se abuse del poder que uno tenga, y con este poder someta a los demás, a sus deseos de riquezas.

La persona necesita seguridad, y en este mundo el dinero da cierta seguridad para lo básico, para alimentarse y tener techo donde cobijarse; eso lo da el dinero, es cierto, pero puede uno tener dinero y, por el dinero, tener alimento y techo, y tener además enfermedad y muchos otros sufrimientos; y el dinero, a veces, poco puede hacer; eso también es cierto.

Por eso, las riquezas que necesitas, no sólo son las económicas, sino que necesitas de la fe, porque la fe puede darte riquezas económicas, y las otras también.

A estas alturas de formación humana, se sabe que la fe mueve montañas. Pero la fe no es desear tener, y basta, hay que creer en Quien puede darte lo que quieres, y es bueno.

¡Claro que no es malo que tengas dinero!; ¿cómo va a ser malo que des al necesitado?

Sé que me comprendes, hijo bueno y fiel.

P. Jesús

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