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3 de marzo de 2019

Domingo 3 de Marzo de 2.019

Tiempo Ordinario /8º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Lucas 6, 39-45

Saca la viga de tu ojo primero

(Dijo Jesús a los discípulos): 39Les dijo también una parábola: ¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? 40Ningún discípulo está sobre su maestro; para ser perfecto ha de ser como su maestro. 41¿Por qué ves la brizna en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga en el tuyo? 42¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame quitarte la paja que tienes en el ojo, cuando tú no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo, y entonces verás de quitar la paja que hay en el de tu hermano. 43Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni tampoco árbol malo que dé fruto bueno, 44pues cada árbol se conoce por su fruto; y no se cogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian racimos. 45El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca cosas buenas, y el malo saca cosas malas de su mal tesoro, pues de la abundancia del corazón habla la lengua.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Saca la viga de tu ojo primero

Instrúyete en tu fe, practica la misericordia, primero contigo mismo, y luego podrás amar y, amando, serás luz para todos los que necesitan amor.

Sí que todos necesitan amor, lo que pasa es que unos no se creen dignos de ser amados, y es porque no están instruídos en la fe, en lo que se necesita para tener a Dios, el Amor en mayúsculas, el Amor Verdadero, y yendo perdidos por una vida sin amor, hacen maldades, prefieren el dinero al amor; y cuando necesitan afecto, engañan, hacen planes de boda y engañan, para tener momentos de afecto, sin tener que dejar el dinero, que aparta de Dios.

Aprenderás, ¡claro que aprenderás!; si sigues leyéndome, aprenderás a vivir del amor de Dios, y podrás, lleno del amor de Dios, amar a todos, a buenos y malos, y sin caer en las redes de los malos, y sin volverte tú uno de ellos; podrás tener una vida hermosa, una vida que ¡valga la pena luchar por ella!; ¿ahora, por qué luchas?; te conformas con migajas de afecto, pudiendo tener el Amor Eterno. ¿Que no te sientes capaz de renunciar a nada? Bueno, tú sigue leyéndome, y verás, con el tiempo, lo realmente fantástico que eres, cuando eres lo que Dios quiere y espera de ti; tú, léeme, y te doy mi mano, con mis palabras que desean acercarte a Dios, al Amor. No renuncies a leerme, aunque te duela, a veces, leer las verdades de Dios, lo que Dios espera de ti y que ahora no le das, pero sé, que le darás, porque yo creo en ti, creo en Dios, creo en los dos.

P. Jesús

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