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3 de julio de 2021

Sábado 3 de Julio de 2.021

Tiempo ordinario 13º – Fiesta de Santo Tomás, Apóstol

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Juan 20, 24-29

“Si no veo…”

24Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Dijéronle, pues, los otros discípulos: Hemos visto al Señor. 25Él les dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos y mi mano en su costado, no creeré.

26Pasados ocho días, otra vez estaban dentro los discípulos y Tomás con ellos. Vino Jesús cerradas las puertas y, puesto en medio de ellos, dijo: La paz sea con vosotros. 27Luego dijo a Tomás: Alarga acá tu dedo y mira mis manos, y tiende tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino fiel. 28Respondió Tomás y dijo: ¡Señor mío y Dios mío! 29Jesús le dijo: Porque me has visto has creído; dichosos los que sin ver creyeron.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

“Si no veo…”

Como Tomás, el apóstol, muchos quieren ver primero a Jesús, Dios, y luego creer, pero Jesús va de incógnito, tantas veces, y está, en el que sufre, en el que padece, ése del que tantos se apartan porque creen que no tiene triunfos que demuestran su superioridad ante los demás.

Ves ése, ése que sufre y no se queja, que calla y acepta toda la crueldad de los demás a sus penas, penas que pueden ser de no tener trabajo, de la pérdida de su propiedad, sí, ése que ha perdido todo, incluso el amor conyugal o familiar, porque sin sobresalir de los demás, parece que no es digno de recibir el respeto y la caridad, pues, ése, ése, es otro Cristo, que nadie visita, que le calumnian por cómo le han ido las cosas, que le juzgan y le sentencian a un destierro, que le niegan el afecto y le hunden en la melancolía; ése del que hablo, es el que tiene a Dios, el que vive con Dios, y nadie lo ve; es este santo anónimo, ¡que tantos hay!, y que nadie acepta como hermano, como amigo, ¡no sea que le pida ayuda!

¡Dios pide ayuda!

¿No oyes al pobre?, es Jesús, de incógnito, para ver si tú, si tú lo reconoces, y viendo sus llagas, le sirves y le amas.

¡Ama al pobre!, ama al que sufre.

…No llores. Dios te ama y te conoce: pobre, enfermo… solo.

P. Jesús

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