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29 de marzo de 2015

Domingo 29 de Marzo de 2.015

Evangelio:

San Marcos 15, 1-39

“¿Eres tú, el Rey de los judíos?”

Mar 15:1 En cuanto amaneció celebraron consejo los príncipes de los sacerdotes con los ancianos y escribas, es decir, todo el Sanedrín; después, atando a Jesús, le llevaron y entregaron a Pilato.»
Mar 15:2 Le preguntó Pilato: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le respondió, diciendo: Tú lo has dicho.
Mar 15:3 E insistentemente le acusaban los príncipes de los sacerdotes.
Mar 15:4 Pilato de nuevo le interrogó, diciendo: ¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan.
Mar 15:5 Pero Jesús ya no respondió nada, de manera que Pilato quedó maravillado.
Mar 15:6 Por la fiesta solía soltárseles un preso, el que pedían.
Mar 15:7 Había uno llamado Barrabás, encarcelado por sedicioso, que en sedición había cometido un homicidio;»
Mar 15:8 y subiendo la muchedumbre, comenzó a pedir lo que solía otorgárseles.
Mar 15:9 Pilato les preguntó diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?
Mar 15:10 Pues conocía que por envidia se lo habían entregado los príncipes de los sacerdotes.
Mar 15:11 Pero los príncipes de los sacerdotes excitaban a la muchedumbre para que les soltase a Barrabás.
Mar 15:12 Pilato de nuevo preguntó, y dijo: ¿Qué queréis, pues, que haga de este que llamáis Rey de los judíos?
Mar 15:13 Ellos otra vez gritaron: ¡Crucifícale! Pero Pilato les dijo: ¿Pues qué mal ha hecho?
Mar 15:14 Y ellos gritaron más fuerte: ¡Crucifícale!
Mar 15:15 Pilato, queriendo dar satisfacción a la plebe, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de haberle azotado, le entregó para que le crucificasen.»
Mar 15:16 Los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la cohorte,
Mar 15:17 y le vistieron una púrpura y le ciñeron una corona tejida de espinas,
Mar 15:18 y comenzaron a saludarle: Salve, Rey de los judíos.
Mar 15:19 Y le herían en la cabeza con una caña, y le escupían, e hincando la rodilla, le hacían reverencias.
Mar 15:20 Después de haberse burlado de El, le quitaron la púrpura y le vistieron sus propios vestidos.
Mar 15:21 Le sacaron para crucificarle, y requisaron a un transeúnte, un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, el padre de Alejandro y Rufo, para que llevase la cruz.
Mar 15:22 Le llevaron al lugar del Gólgota, que quiere decir lugar de la calavera,
Mar 15:23 y le dieron vino mirrado, pero no lo tomó.
Mar 15:24 Le crucificaron y se repartieron sus vestidos, echando suertes sobre ellos, para saber qué llevaría cada uno.
Mar 15:25 Era la hora de tercia cuando le crucificaron.
Mar 15:26 El título de su causa estaba escrito: “El Rey de los judíos.”
Mar 15:27 Crucificaron con El a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda,
Mar 15:28 y se cumplió la escritura que dice: “Fue contado entre los malhechores.”
Mar 15:29 Los transeúntes le injuriaban moviendo la cabeza y diciendo: ¡Ah! tú que destruías el templo de Dios y lo edificabas en tres días,
Mar 15:30 sálvate bajando de la cruz.
Mar 15:31 Igualmente los príncipes de los sacerdotes se mofaban entre sí con los escribas, diciendo: A otros salvó, a sí mismo no puede salvarse.
Mar 15:32 ¡El Mesías, el Rey de Israel! Baje ahora de la cruz para que lo veamos y creamos. Y los que estaban con El crucificados le ultrajaban.
Mar 15:33 Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre la tierra hasta la hora de nona.
Mar 15:34 Y a la hora de nona gritó Jesús con fuerte voz: “Eloí, Eloí, ¿lama sabachtaní?” Que quiere decir: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
Mar 15:35 Algunos de los presentes, oyéndole decían: Mirad, llama a Elias.
Mar 15:36 Corrió uno, empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elias a bajarle.
Mar 15:37 Jesús, dando una voz fuerte, expiró.
Mar 15:38 Y el velo del templo se partió en dos partes de arriba abajo.
Mar 15:39 Viendo el centurión, que estaba frente a Él, de qué manera expiraba, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. [El texto extenso, con todo el relato de la Pasión es: Marcos 14, 1- 72 y capítulo 15, 1-47]

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944)

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

“¿Eres tú, el Rey de los judíos?”

“Tú lo has dicho,” contestó Jesús, Dios, a la pregunta de Pilatos: “¿Eres tú, el Rey de los judíos?”

UN REY QUE NADIE QUISO

Hubo una vez en la Historia del mundo, en el año 33, en que el Amor de un Padre, Dios Padre, Creador del mundo entero, presenció desde el Cielo, la muerte de su Hijo, Dios mismo, para recuperar el orden con que Él, Dios, hizo y creó las cosas, entre ellas, al hombre, para amarlo y ser amado por Él.

En el año 30, Jesús, el Hijo de Dios y la Virgen María, mujer llena de Gracia y concebida sin el pecado original, por el poder y voluntad de Dios, Ella, la Madre de Dios, libremente aceptando su destino, cuando se le dijo, por el Arcángel, que concebiría un Hijo, Hijo de Dios, por el poder del Espíritu Santo, que la cubriría con su sombra. Este hijo, de nombre “Jesús”, en el año 30, empezó a predicar a los judíos y a los gentiles, el Reino de los Cielos, el Amor del Padre, y cómo hay que hacer para salvarse, cargando sobre sí el castigo por los pecados de todos los hombres, y que los que creyesen en Él, en que es Dios Hijo, se salvarían.

Los judíos no creyeron en Él, en Jesús de Nazaret, en que era más que un Profeta, ¡es el mismo Dios en persona, que vino al mundo!

Estaba escrito por los profetas antiguos, que todo esto ocurriría, pero no entendían, no quisieron entender, el pueblo elegido de Dios desde el principio de los tiempos, y por esto, por la soberbia de los que se creen justos y sabios, Dios fue muerto, siendo el Rey, su Rey, Rey de los judíos. Así lo relata la historia de los hechos, escrita en los Evangelios.

Las cosas cambiaron, porque RESUCITÓ, pero esta historia la contaré otro día. Hoy recordemos la MUERTE DE UN REY, QUE NADIE QUISO QUE REINARA… pero reina, y reinó, en los corazones de los creyentes… ¡Ya os contaré, ya!… Hoy recordemos a Jesús, ¡El Rey!, muerto en la Cruz por tus pecados.

Sí, llora, llora.

P. Jesús

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