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29 de abril de 2020

Miércoles 29 de Abril de 2.020

Tiempo Pascual/3º -Fiesta de Santa Catalina de Siena, Virgen y Doctora de la Iglesia, Patrona de Europa

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 11, 25-30

Dios alivia a los fatigados y agobiados

25Por aquel tiempo tomó Jesús la palabra y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a los pequeñuelos. 26Sí, Padre, porque así te plugo. 27Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelárselo.

28Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré. 29Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, 30pues mi yugo es blando, y mi carga ligera.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Dios alivia a los fatigados y agobiados

¿Cómo te alivia Dios?…

Primero, con el bautismo; si no estás bautizado cristiano-católico, bautízate, y Dios te perdona, ipso facto, todos tus pecados y faltas, y viene Dios en unidad, la Santísima Trinidad, a ti, y hacen en ti su santuario, y tú pasas a ser un templo vivo de Dios. Eso medítalo, hermano-a, porque te hará mucho bien, saber o recordar quién eres, ¡qué eres!, templo de Dios, que vive en ti, por el Santo Sacramento del Bautismo.

Después, como eres humano y en el mundo vives, existe el pecado original; entonces, tú pecas, sí, porque eres tentado, o por el demonio o por el mundo o por ti mismo, en la parte carnal que eres, siendo también un ser espiritual, porque vives por el alma que eres y que Dios creó y fusionó en tu cuerpo, para que, viviendo esta vida terrena, dieras la batalla de la fe. ¡Adelante con ella!, y tantas veces como peques, ¡confiésate!, y siempre recibirás de Dios el perdón y la ayuda de la divina Gracia santificante, esta Gracia que te perfecciona en todo lo que haces, mientras estás viviendo en ella, libre de pecados, por haberlos confesado, y lleno de Dios, por la absolución y por el sacramento santo de la Comunión, de recibir en ti la Eucaristía, a Jesús en Cuerpo y Alma, a Dios, en Trinidad de Unidad sagrada.

Dios te consuela con los sacramentos, y si tú estás enfermo y necesitado de ayuda y consuelo, pide te administren el santo sacramento de la Unción de los Enfermos, que tantas veces cura y siempre consuela.

Dios sigue consolando a los agobiados y afligidos, mediante la oración, el rezo y los sacramentos.

Sé listo, sé persona de fe, y haz lo que te digo: ora, reza, recibe los sacramentos, y ¡vive!

Dios quiere tu vida porque te ama, y tú tienes que querer vivir, por amar a Dios. Ese es el secreto del éxito, de tener vida y vivir, para dar lo mejor de ti en todas tus cosas, humanas y espirituales.

Desea vivir, hijo mío, hija mía, así con este deseo, demuestras que amas a Dios sobre todas las cosas, porque, por algo Dios te dio la vida; y debes querer tener vida, ¡vivir!, para demostrarle AQUÍ, que lo amas, y esto es lo más difícil de hacer, demostrar a Dios que se le ama, ante todo y sobre todo y todos, y que este amor verdadero hacia Él, te hace su siervo, ¡su esclavo libre!. Dile a Dios que sí, como María, ¡tu Madre y Madre de Dios!, se lo dijo. Haz como Ella y guárdalo todo en tu corazón, es decir: ¡practica la fe cristiana-católica, con tus palabras y obras de fe!; ¡vive!, ofrécele a Dios tu vida, y viviendo sólo para Él, te aliviará de tus fatigas y agobios, y además, como premio a tu lealtad, te dará la alegría. Si quieres ser feliz, vive de ahora en adelante para servir a Dios, siendo tú su templo real en tu cuerpo carnal, por vivir la Gracia santificante, y tenerlo a Él, a Dios, en tu tabernáculo.

Dile sí a Dios y disfruta de vivir en compañía, siempre, de la Virgen María, que te cuida y te alienta a hacer en todo lo que Él, Dios, te diga.

Sé que estás fatigado y agobiado, por eso te he contado lo que tienes que hacer para salir de ésta. ¡Hazlo, hermano, hermana, en Cristo!

¡Viva Cristo Rey!

P. Jesús
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