Sábado 27 de Enero de 2.018
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Evangelio:
San Marcos 4, 35-41 Obedecer al Obispo 35En aquel día les dijo (Jesús a sus discípulos), llegada ya la tarde: Pasemos al otro lado. 36Y, despidiendo a la muchedumbre, le llevaron según estaba en la barca, acompañado de otras. 37Se levantó un fuerte vendaval, y las olas se echaban sobre la barca, de suerte que ésta estaba ya para llenarse. 38Él estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal. Le despertaron y le dijeron: Maestro, ¿no te da cuidado de que perezcamos? 39Y, despertando, mandó al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y se aquietó el viento y se hizo completa la calma. 40Les dijo: ¿Por qué sois tan tímidos? ¿Aún no tenéis fe? 41Y, sobrecogidos de gran temor, se decían unos a otros: ¿Quién será éste, que hasta el viento y el mar le obedecen? Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Obedecer al Obispo Cuando el Obispo, como Jesús hizo, le dice al sacerdote que cruce a la otra orilla, el sacerdote va a la otra orilla, como hicieron los apóstoles. Y cuando empieza la tempestad, el Obispo, fiel a Cristo, ayuda al sacerdote, que teme, que necesita de ayuda, consuelo y guía; y como Jesús, calma la tormenta, y el sacerdote, por la fe del Obispo, va siempre en busca de su paternal afecto, para agradecerle estar a su servicio, seguro y firme de su fe, de su valentía y su piedad, porque esas tormentas de la vida sacerdotal, el Obispo alivia siempre, porque cuida de sus sacerdotes, con paternal afecto y extrema caridad. El que obedece al Obispo, siempre hallará buena pesca, para que los hombres perdidos, entren gozosos en la Santa Iglesia. P. Jesús © copyright |