Domingo 26 de Julio de 2.020
Tiempo Ordinario/17º
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Evangelio:
San Mateo 13, 44-52 Tesoro, mi tesoro (Dijo Jesús a la muchedumbre): 44Es semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta y, lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo.45Es también semejante el reino de los cielos a un mercader que busca perlas preciosas, 46y, hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra. 47Es también semejante el reino de los cielos a una red barredera, que se echa en el mar y recoge peces de toda suerte, 48y, llena, la sacan sobre la playa, y, sentándose, recogen los peces buenos en canastos, y los malos los tiran. 49Así será a la consumación del mundo: saldrán los ángeles y separarán a los malos de los justos, 50y los arrojarán al horno de fuego; allí habrá llanto y crujir de dientes.51¿Habéis entendido todo esto? Respondiéronle: Sí. 52Y les dijo: Así, todo escriba instruido en la doctrina del reino de los cielos es como el amo de casa, que de su tesoro saca lo nuevo y lo añejo. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
Tesoro, mi tesoro Dios es el Tesoro más grande; tenerlo, estar con Él, vivir en su Reino de los Cielos, otro día, cuando llegue el momento. Los Judíos, pueblo elegido, tenían a Dios, y muchos de ellos lo reconocieron en Jesús, el Cristo; y viendo su Tesoro, lo escondieron, compraron el campo, y son salvados, en el nombre de Jesús, Dios. P. Jesús |